En los últimos años se han acelerado las transformaciones culturales, nuevas regulaciones y demandas de los distintos grupos de interés. Las diferentes industrias se han visto enfrentadas al desafío de incorporar criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) en sus decisiones de inversión, estrategias corporativas y en la presentación de sus reportes públicos.
Este escenario ha impulsado a las compañías de distintos sectores a desarrollar estrategias para la transformación hacia negocios más responsables con el medio ambiente - incluyendo su cadena de suministro - , con sus colaboradores y con las comunidades con las que comparten territorio.
Para lograr la transformación del negocio, los aspectos sociales permiten gestionar los riesgos e impactos que las compañías pueden tener en el bienestar de las personas - directa o indirectamente - contribuyendo al desarrollo sostenible de las comunidades. Como hemos visto en varias ocasiones, no abordar estos factores puede derivar en situaciones muy complejas para las empresas, las que pueden ir desde una pérdida reputacional hasta el cierre de operaciones.
Entender el desempeño social desde una mirada de gestión de riesgo e impactos, permite a las organizaciones potenciar sus recursos monetarios y no monetarios para el desarrollo de acciones e iniciativas que maximicen los impactos positivos, disminuyendo los riesgos financieros, de mercado, legales, operativos y reputacionales.
Las compañías deben abordar el aspecto social desde una mirada integral que abarque tres pilares:
- Estrategia: Se debe incorporar este factor en el centro de la estrategia del negocio. Las compañías que no lo consideren pueden experimentar problemas para proyectarse en el tiempo.
- Transformación: La forma en que las empresas hacen negocios debe evolucionar hacia un enfoque más responsable, cada vez más exigido por las comunidades, consumidores, inversionistas y otros stakeholders.
- Evaluar y reportar: Las acciones deben ser medidas y evaluadas para así calibrar el verdadero impacto de los esfuerzos de la compañía y su desempeño social en general. Asimismo, deben ser comunicadas: la transparencia es clave en el éxito de la relación con las partes interesadas.
Un desempeño social corporativo responsable y consciente es esencial para la construcción de un modelo de negocios resiliente, para prosperar en un entorno cada vez más competitivo, en donde inversionistas, consumidores y partes interesadas exigen empresas responsables en temas de salud y seguridad de los trabajadores y comunidades, diversidad, equidad e inclusión, derechos humanos, desarrollo social y territorial, entre otros.
En Chile, las empresas han avanzado en el camino hacia ser responsables ambiental y socialmente, sin embargo, la incorporación de los criterios sociales en la estrategia de negocios sigue siendo un gran reto.
Mientras antes lo incorporen en su estrategia, avancen en la transformación de su negocio y midan sus esfuerzos en este campo, serán más efectivas en mitigar los riesgos y en encontrar las oportunidades y ventajas competitivas que ofrece una buena gestión del desempeño social.
