El rol clave de las empresas en la COP28

En esta COP28, las perspectivas son claras: el cambio climático es un asunto de urgencia mundial que requiere la actuación coordinada de todos los actores sociales. Según el último Barómetro Global del Riesgo Climático de EY, a pesar de que se registra un avance en la calidad de la información climática, el ritmo es insuficiente para respaldar los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París.

Sorprende que aún el 74% de las empresas encuestadas no incluyan los impactos cuantitativos del riesgo climático en sus informes. Parece como si el cambio climático fuera un asunto separado de la estrategia empresarial, cuando en realidad debería estar incrustado en su núcleo. En esta misma línea, vemos que casi la mitad de las organizaciones no revelan planes de transición, lo cual genera preocupación respecto al grado de compromiso con los objetivos climáticos.

De cara a la COP28, cuatro temas resultan de particular interés para las empresas:

El primero se refiere al balance mundial. En esta cumbre se ha hecho una revisión formal de los progresos en relación con los objetivos del Acuerdo de París y los esfuerzos para limitar el calentamiento global a 1.5°C que, según hemos visto, no ha tenido mayores avances.

En cuanto al segundo, las exigencias sobre el papel del sector privado en la lucha contra el cambio climático se han intensificado. El camino hacia los objetivos incumplidos del Acuerdo de París pasa por una mayor implicación e inversión de las empresas en acción climática, sobre todo ahora que el financiamiento ha sido la principal piedra de tope para llegar a acuerdos en Dubái, ya que, se necesita cerrar una brecha financiera de hasta 5 billones de dólares para evitar un desastre climático. El financiamiento privado en acción climática puede multiplicar por diez a la del sector público, lo cual acentúa la relevancia del rol empresarial.

El tercer tema se centra en la transición energética. Ante los llamamientos para establecer en la COP28 una fecha límite para la reducción/eliminación de los combustibles fósiles, la necesidad de una transición energética ordenada y justa ha sido un tema de crucial importancia y hemos visto que los países están divididos sobre si dar prioridad a la eliminación progresiva del carbón, el crudo y el gas, o ampliar la implementación de tecnologías como la captura de carbono para eliminar su impacto climático.

Finalmente, se está abordando el cómo los países deberán enfrentar la adaptación y resiliencia. Los fenómenos meteorológicos extremos que estamos viendo y que amenazan la seguridad y los medios de subsistencia, hacen que la resiliencia al cambio climático y la adaptación a sus efectos sean un asunto urgente.

Las empresas tienen en sus manos una gran oportunidad para generar cambios significativos y duraderos en la lucha contra el cambio climático. En esta COP28 es crucial entender que su papel va más allá de su propia supervivencia y buen desempeño financiero, sino que se trata del futuro del planeta. No podemos dejar de lado la responsabilidad empresarial en este desafío. El tiempo para la acción es ahora.