Medir la eficiencia del gobierno corporativo puede ser un desafío, sin embargo, hay diferentes procedimientos que las organizaciones pueden realizar y que dependerá de sus necesidades, entre estos están:
- Diagnóstico del nivel de madurez del modelo de Gobierno Corporativo
- Efectividad de gestión de las Juntas Directivas o Consejos de Administración
- Evaluación de la cultura de riesgo y control de la organización
- Niveles de autoridad: establecimiento, idoneidad, segregación de funciones, limitaciones, entre otros
- Gestión de políticas y procedimientos: creación, integridad, implementación, y revisión
- Revisión del marco normativo orientado a minimizar riesgos con implicaciones legales: multas administrativas, suspensión del negocio, responsabilidad penal.
- Evaluación del modelo de cumplimiento tributario
- Investigaciones forenses, entre las cuales están aquellas orientadas a la investigación de fraudes o delitos financieros, así como, procedimientos de debida diligencia de potenciales inversores lo que comprende llevar a cabo una investigación exhaustiva sobre la trayectoria de los inversores, sus actividades empresariales previas y posibles vinculaciones con fraudes.
Es importante acotar que, los inversores y las partes interesadas suelen tener más confianza en las organizaciones que hacen seguimiento y miden regularmente su rendimiento en materia de gobierno corporativo. Esto puede traducirse en un mejor acceso a los mercados financieros y un costo de capital más bajo.
Hace más de veinte años que se habla de Gobierno Corporativos en nuestra región (Latinoamérica y Centroamérica), aún existe mucho camino que recorrer en esta materia. Este tipo de modelos está diseñado específicamente para instaurar, reforzar, influir en el comportamiento ético de las organizaciones con la finalidad de minimizar riesgos de prácticas comerciales injustas, fraude y corrupción, lo que implica a su vez, mantener mecanismos mejoramiento continuo o fortalecimiento de una cultura orientada a riesgos.