Estos resultados varían significativamente entre las universidades públicas y privadas de todo el país. Los estudiantes matriculados en universidades privadas se inclinan más por una modalidad a distancia, en comparación con los estudiantes que asisten a instituciones públicas. Esto sugiere que los estudiantes de programas de licenciatura públicos han tenido una experiencia de clases en línea menos satisfactoria.
En Perú y Colombia los resultados son aún más significativos. Entre el 47% y el 30% de los estudiantes están considerando la posibilidad de terminar sus estudios de manera remota, en comparación con el 6% y el 11% de los estudiantes que consideraban esta posibilidad antes de que comenzara la pandemia, respectivamente.
Los estudiantes dispuestos a terminar sus estudios en un entorno remoto se inclinan más por la modalidad híbrida que por una en línea. La interacción con los estudiantes y los profesores es una de las razones por las que los alumnos prefieren un programa híbrido. Además, para algunos estudiantes, la flexibilidad y la autonomía de un programa mixto es lo que lo hace más atractivo que un programa presencial.
¿Cuál es el futuro de la educación superior?
Las compañías optarán por contratar profesionales egresados de programas en línea y semipresenciales: las empresas con experiencias positivas en la contratación de profesionales procedentes de programas de aprendizaje híbrido y a distancia estarán más abiertas a contratar candidatos con este perfil. Los estudiantes inscritos en programas híbridos y en línea también podrían desempeñarse y desarrollar otras habilidades en el trabajo que podrían ser esenciales al graduarse. De este modo, la contratación de alumnos que estudian en un entorno remoto podría volverse todavía más atractiva para las compañías y los reclutadores.
Las universidades invertirán en servicios adicionales a sus programas en línea e híbridos: creemos que las instituciones podrían explorar la posibilidad de ofrecer clases en línea en el extranjero, servicios de bienestar (por ejemplo, psicólogo y nutriólogo), más apoyo en la búsqueda de empleo, plataformas de ejercicio, mejores profesores y cursos bilingües para mejorar su propuesta de valor en lugar de ampliar o construir nuevos campus.
Estudiar en el extranjero también se hará a distancia: los estudiantes que no puedan costear los estudios en el extranjero debido a los costos de la colegiatura, el alojamiento y el costo de vida podrían inscribirse en algún programa en línea ofrecido por alguna institución extranjera.
Los estudiantes de algunas universidades ya no regresarán a las clases presenciales: los estudiantes de universidades públicas y de nivel medio valorarían más la flexibilidad y la autonomía que ofrecen los programas en línea. Estos estudiantes podrían cursar un programa en línea mientras viven y trabajan en regiones o zonas de las ciudades sin campus cercanos.
Las plataformas de desarrollo de habilidades se harán más populares: es probable que los estudiantes que interrumpieron sus estudios por motivos económicos continúen su formación en opciones basadas en plataformas y desarrollen habilidades específicas sin el costo total de un título universitario.
Las instituciones desarrollarán modalidades de clases asíncronas: las instituciones que lancen programas educativos híbridos y establezcan los mejores contenidos para las clases con horarios diferidos sobresaldrán de sus competidores. Esta opción permitirá a los estudiantes tomar cursos específicos impartidos por profesores destacados.
Las universidades rediseñarán su estructura de campus físico: las modalidades de educación híbrida requerirán menos espacio en las aulas de los campus existentes, lo que permitirá a las instituciones readaptar esos espacios para ofrecer nuevos servicios y mejorar la experiencia de los estudiantes.
Las universidades empezarán a invertir en campus más pequeños: en lugar de construir nuevos campus tradicionales de gran tamaño con albercas, gimnasios, canchas de futbol y cines, es probable que las universidades construyan campus regionales más pequeños que servirán como unidades concentradoras para los estudiantes inscritos en programas híbridos. Las universidades podrían seguir incrementando su alcance sin necesidad de invertir en campus tradicionales.