Novena encuesta anual sobre la gestión de riesgos bancarios globales
La revolución tecnológica actual está exigiendo a los bancos que se reinventen a sí mismos y, en este escenario, la gestión de riesgos desempeña un papel fundamental en este proceso de transformación de los negocios. Los primeros años posteriores a la crisis se centraron en el restablecimiento de la industria: reconstruir las reservas de capital y liquidez, reconstituir el modelo de las tres líneas de defensa y restaurar la confianza en las instituciones financieras. La actual etapa, racionalizar, se enfoca en simplificar las entidades y los procesos legales, y prepararse para la transformación futura. La tercera fase, reinventar, subraya la reinvención, la disrupción y la tecnología que impulsarán el cambio sustantivo en los procesos de negocios, modelos operativos y controles.
Mientras algunos bancos han acelerado su transformación y están a la vanguardia, la mayoría continúan trabajando para completar su racionalización y construir las bases necesarias para la transformación. Esta transformación digital y continua disrupción competitiva de la industria, junto a grandes cambios geopolíticos, macroeconómicos y de asuntos sociales, parecen estar acelerándose más de lo que se esperaba. La transformación hacia el cliente se está acelerando; pero una transformación más sustantiva, a nivel de toda la firma (desde el servicio al cliente hasta lo administrativo) también se está acelerando.
Nuestra Novena Encuesta sobre la Gestión de Riesgos Bancarios Globales compartió los insights más importantes de los ejecutivos y CROs de 74 bancos en 29 países. Además, expone cuatro imperativos que el Directorio, alta gerencia, Gerentes de riesgo (CRO, en inglés) y otros ejecutivos clave tendrán que abordar para alcanzar sus ambiciones de transformación digital exitosamente.
- Adaptarse a un entorno de riesgos y a un perfil de riesgo que está cambiando rápida e intensamente: La gestión de riesgos debe respaldar la capacidad de los bancos para reaccionar con rapidez ante los riesgos a corto plazo, navegar mejor por los riesgos emergentes de tres a cinco años y considerar periódicamente el impacto de los cambios que puedan producirse en los próximos 10 a 20 años.
Prioridades de riesgos en el 2018