6 minutos de lectura 30 abr. 2020

La importancia del desarrollo digital en momentos de crisis

Por Francisco Escudero

Consulting Associate Partner, EY Perú

Associate Partner de Consultoría con más de 20 años de experiencia en proyectos de innovación tecnológica que apoyan la transformación con el objetivo de obtener una mayor madurez digital empresarial.

6 minutos de lectura 30 abr. 2020
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A
lo largo de los últimos años se ha hablado mucho de la transformación digital y, en muchos casos, asociando a la tecnología como protagonista del cambio cuando, en realidad, eso dista mucho de ser así. 

Como definición, la transformación digital implica migrar de una forma tradicional de hacer negocios hacia un nuevo modelo que brinde ventajas competitivas y sostenibilidad en el tiempo mediante el aprovechamiento de tecnologías emergentes; para ello, se debe partir de una realidad donde los consumidores, los proveedores y los colaboradores se mueven en un entorno digital. En estos momentos de restricción de operaciones y distanciamiento social, el ser humano se ha vuelto más digital que nunca, por tanto, resulta crítico que las empresas se adapten rápidamente a esta nueva realidad.

Desde el 2019, EY Perú realiza un estudio sobre la madurez digital en las empresas de diversos sectores en el país. En la versión de este año (2020), hemos encontrado un grado de evolución positiva en algunos sectores. De acuerdo con los resultados, el 63% de las empresas analizadas se encuentran encaminadas en su proceso de transformación digital, en comparación al año anterior (2019) donde solo eran el 45%.

Las organizaciones que forman parte de estos resultados están en ruta hacia una madurez digital, sin embargo, aún existen algunas oportunidades de mejora para que la integración digital de sus procesos suceda de manera uniforme.  La gran mayoría de este grupo han reforzado, digitalmente, sus áreas de Marketing, Ventas, Operaciones y Logística, y Sistemas de TI.  Sin embargo, denotan un aplazamiento en las áreas de Finanzas, Recursos Humanos y Administración en general.

Es decir, el foco inicial ha estado relacionado en la esencia del negocio, cuya prioridad se está en conseguir ventas más rápidamente y operar con más efectividad e información. Sin embargo, en estos momentos, existen dificultades para conseguir información a tiempo y con niveles de confianza adecuados que permitan una toma de decisión informada y ágil basada en temas críticos como el monitoreo de los movimientos bancarios en línea, la gestión de cobranzas, la relación con proveedores, la medición de habilidades y performance de sus empleados.

Si asociamos los niveles de madurez digital frente a los retos que ha tenido que afrontar cada sector en las últimas semanas, observamos que, por ejemplo, Telecomunicaciones, Banca y Seguros iniciaron su transformación digital con varios años de antelación respecto a empresas de Consumo Masivo y Retail; al igual que sucede con las empresas de Servicios Profesionales que, en algunos casos, están apalancándose de sus modelos de negocio que ya atravesaron esa transformación o que iniciaron el proceso oportunamente, a pesar de las limitantes que la situación actual presenta.

Entre los sectores que se encontraban rezagados en madurez digital estaba la Educación y la Salud, los cuales vienen enfrentando desafíos enormes para mantenerse operativos ante sus millones de usuarios que hoy consumen sus servicios de manera remota. La educación a distancia y la telemedicina no requieren tecnologías complejas para poder operar, sin embargo, su resistencia al cambio ha llevado a que tanto los profesionales del sector como sus consumidores se vean en la necesidad de adaptarse a la fuerza y con las herramientas que se tenían a mano. Ante el COVID-19, se abren muchas oportunidades para estos sectores, con la previsible aceptación de los usuarios y con la ventaja de que aquellos que sean pioneros en esos sectores estarán en una mejor posición para atravesar esta coyuntura.

Por otra parte, el sector Público ha venido mostrando avances en los últimos meses, más allá de la promulgación de la Ley de Transformación Digital, pues existen varios proyectos que se espera que sigan una hoja de ruta definida y consistente dentro de todas las áreas del sector. Es altamente probable que, en los próximos meses, la inversión en transformación digital del Estado se incremente y sea un beneficio para todos los peruanos y un impulso para el sector privado.

De acuerdo al mencionado estudio realizado por EY Perú, las empresas peruanas están entrando en la ola de la transformación digital, la mayoría identifica que sus principales impedimentos para llevar sus proyectos transformacionales se centran en dos aspectos: la resistencia al cambio y la escasez de personal calificado.

Sin embargo, ante la coyuntura actual donde todos sin excepción estamos sufriendo un cambio en la forma como usualmente vivíamos, nos enfrentamos ante retos que estamos aceptando de manera gradual. Tenemos que aprender nuevas habilidades, reentrenarnos en nuevas formas de hacer nuestro trabajo. Usamos la tecnología para trabajar en remoto, para celebrar con amigos y familia de manera virtual, para aprender, para hablar con clientes y proveedores, etc. Estamos viviendo en la era de la tecnología que ya estaba disponible pero que recién le estamos sacando el máximo provecho dada la coyuntura actual que nos obliga a aceptar el cambio.

Precisamente, a la par de estos cambios, es esencial que líderes estén un paso más adelante planificando el futuro. La resiliencia será el factor más decisivo para que las empresas retomen su camino, actuando con una visión con foco en el futuro de la organización.

Obviamente, no todos los trabajos se pueden realizar de manera remota, pero esta coyuntura nos está mostrando cómo la tecnología puede ser utilizada eficientemente para monitorear algún proceso industrial sin estar físicamente en la planta o, más aun, para verificar que el cargamento de un determinado transporte haya llegado a su destino.

Momentos como los que estamos viviendo nos permiten observar que las empresas que tenían mayores condiciones para controlar una crisis como esta, son aquellas que habían avanzado su proceso transformacional hacia la digitalización.  Es decir, aquellas que podían seguir operando pese a las restricciones de acceso físico a sus instalaciones y que han podido seguir en contacto con sus sistemas, sus clientes y sus colaboradores.

Queda claro que no todos los sectores pueden operar a distancia, pero queda claro también que en algunas semanas el acceso físico a las instalaciones productivas será con muchas restricciones. El monitoreo a distancia continuará con menos presencia física de personal y se implementará una serie de controles a la salud de los trabajadores que acudan a laborar. Al mismo tiempo, cada empresa identificará el siguiente reto a asumir en el proceso de retomar sus operaciones.

La transformación digital no se puede detener, por el contrario, debe retomarse rápidamente haciendo los ajustes necesarios con la finalidad de poder afrontar un retorno gradual de las actividades de una manera más preparada. De lo contrario, podría generarse una crisis después de la crisis, ya que aquellas empresas que no se preparen podrían perder sus ventajas competitivas y hasta la posibilidad de seguir vigentes en el mercado ante esta nueva normalidad.  Proyectemos el futuro con optimismo y hagamos que este punto de quiebre que atraviesa la humanidad genere una serie de oportunidades que nos ayuden a transformar la manera cómo trabajábamos hasta ahora, aprovechando la tecnología disponible para salir de esta situación adversa lo más pronto que se pueda.

Resumen

El COVID-19 abre oportunidades de digitalización para la Educación y la Salud. Los pioneros en estos sectores atravesarán mejor esta coyuntura.

Acerca de este artículo

Por Francisco Escudero

Consulting Associate Partner, EY Perú

Associate Partner de Consultoría con más de 20 años de experiencia en proyectos de innovación tecnológica que apoyan la transformación con el objetivo de obtener una mayor madurez digital empresarial.

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