En un reciente estudio de EY se identifican tres fuerzas primarias disruptivas en el mundo y en cada economía: i) la tecnología, ii) la globalización y iii) la demografía. Su interacción combinada está produciendo 10 nítidas megatendencias globales: 1) la redefinición del concepto de “industria”, 2) los “superconsumidores”, 3) el diseño según el comportamiento social, 4) la reinvención del cuidado de la salud, 5) el remapeo del urbanismo, 6) la economía molecular, 7) el “diseño” de la alimentación, 8) la regulación adaptativa, 9) el futuro del trabajo y 10) las comunidades innovadoras. Es posible que el mayor impacto de estas megatendencias se observe entre los siguientes tres a 10 años, delineando cómo el mundo funcionará con nuevas reglas de juego aplicadas en el panorama político y económico, al abarcar: a) nuevos mercados conectados sin barreras ni fricciones, b) la renovación de los contratos sociales y c) el rebalanceo del sistema global general.
Un ejemplo del impacto de las tres fuerzas primarias en la megatendencia de la reinvención del cuidado de la salud lo vemos en el desarrollo del concepto de “salud digital”, en el envejecimiento de la población y en el sedentarismo.
El desarrollo de la tecnología está “aumentando la humanidad”, atrayendo también retos acerca de la autonomía, identidad y privacidad en los trabajos automatizados. La convergencia de información tecnológica, biotecnológica y nanotecnológica en la medicina promete hacer reconsiderar lo que signifique el ser humano: neuroprótesis, interfaces cerebro-máquina y nanorrobots ingeribles pronto serán herramientas que nos cambiarán de lo orgánico a lo biónico.
La globalización ha ayudado a reducir el número de personas por debajo de la línea de la pobreza, pero ha incrementado la desigualdad social global, avivando también el populismo y el nacionalismo, mezclado con el temor de que la automatización reduzca un importante número de trabajos vulnerables, sobre todo en mercados emergentes y en países de bajos ingresos, y en regiones de alto desempleo.
La demografía está impactada por un “envejecimiento acelerado”. La expectativa mundial de vida de 34 años de 1913 pasó a 67 años en 2000. Para 2020, por primera vez la población mundial mayor a 65 años superará al número de niños menores de cinco años. El cuidado de la salud y los sistemas de pensiones desbordarán los presupuestos públicos, tomando porciones de los presupuestos para defensa, gastos militares y hasta educación. Si bien el envejecimiento es inevitable, servicios, tecnología, planificación urbana, reinvención del cuidado de la salud y el remapeo del urbanismo son llamados a proveer soluciones innovadoras y a crear ofertas de solución.
Cada vez más el concepto de “mi” industria o sector va copando nuevos espacios, con la innovación digital y otras fuerzas que hacen hoy difusas sus fronteras y/o las desaparecen con –por ejemplo- antiguos rivales convirtiéndose en colaboradores de los nuevos modelos de negocios, que además surgen “lean –optimizados”. Los “superconsumidores” usan más tecnología para trabajar, jugar, comer, comprar, estudiar y “vivir mejor”. El diseño según el comportamiento social cobra velocidad para atender más rápido y mejor, reconociendo y adaptando productos, servicios y mensajes según sus insights. El remapeo del urbanismo saludable se vigoriza con transporte eficiente y mejor, menos polución y mayor resiliencia a fenómenos naturales. El “diseño” de alimentación “bajo medida” procura eficientes alternativas al ingente consumo de recursos para obtenerla; y el futuro del trabajo impactado por la inteligencia artificial y robótica va desafiando la educación y las leyes hacia nuevas regulaciones, todo lo cual requiere de legislación adaptativa para seguirle el paso a estas megatendencias.