8 minutos de lectura 27 mar. 2024

Cancún del norte peruano

Por Paulo Pantigoso

Country Managing Partner, EY Perú

Managing Partner de EY Perú, enfocado en generar valor y en la construcción de un mejor mundo de negocios para nuestros clientes, nuestra gente y nuestra comunidad.

8 minutos de lectura 27 mar. 2024

El clúster de playas del norte del país se muestra como un potencial turístico importante, que podría construir una historia similar a la de Cancún.  

E
l atractivo turístico del Perú es bastante amplio y cada vez se están promoviendo más lugares a visitar fuera de Machu Picchu, con ejemplos como Kuélap, el Cañón del Colca o las líneas de Nazca. Pero existe en el norte un clúster de playas consideradas las mejores del país, y cada vez más turistas las visitan.

Cabo Blanco, Zorritos, Máncora, Vichayito, Punta Sal, podrían ser algunas de las más conocidas, pero la pregunta en cuestión es: ¿por qué tenemos una zona tan rica pero poco promovida y, mucho menos, planificada?, ¿por qué no tenemos “el Cancún peruano”?

A diferencia de Cancún que no tenía una tradición turística y fue creada como parte de un proyecto de Centros Integralmente Planeados (CIP) – una política de Estado mexicano a inicios de los años 70- para tal propósito, nuestro norte no ha corrido con esa suerte pero podría y debería cambiar.

Tenemos a favor nuestra inmensa riqueza turística y los ejemplos de otros países, tanto las buenas prácticas como los errores a no cometer. El ejemplo de Cancún destaca por su rápida planificación, iniciativa y puesta en marcha, y en otra mano tenemos, por ejemplo, a Costa Rica –un país que tiene al turismo como su principal motor económico-, ¿por qué no aprovechar lo mejor de ambos para potenciar nuestras zonas turísticas?

Actores y factores clave

El Fondo de Promoción e Infraestructura Turística (INFRATUR), fue creado en México en 1969, con el objetivo de localizar los centros de potencial turístico, desarrollar y financiar proyectos, así como otorgar créditos de largo plazo con bajas tasas interés al sector privado para la construcción de infraestructura hotelera. A esto se suma el desarrollo por parte del Estado de servicios básicos para el despegue de un polo turístico, como el Aeropuerto Internacional de Cancún. Hoy en día, el ahora renovado FONATUR se mantiene como una entidad que promueve la inversión en los Centros Integralmente Planeados (CIP). En el Perú tenemos dos entidades que no tendrían ningún problema en hacer ese trabajo –siempre y cuando pudiesen tener una mayor autonomía-, Mincetur y ProInversión, que podrían apoyarse en otros actores claves como el MEF y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, para promover la inversión en infraestructura ad-hoc.

Un siguiente punto estaría relacionado con la población. Si bien hoy las principales playas del norte en promedio cuentan con una población promedio de 10,000 habitantes, a diferencia de Cancún que inició con una población reducida y no más de 125 propietarios directos de terrenos –lo que facilitó el desarrollo del proyecto-, aún existe la oportunidad de planificar un proyecto de desarrollo turístico ordenado y con gran potencial, que atraiga a las más grandes cadenas hoteleras, genere mayor turismo y, por supuesto, genere más empleo y beneficios para la población norteña. 

Adicionalmente, Cancún gozó ocho años como zona de libre comercio (emitido en 1972 para todo el Estado de Quintana Roo), lo cual disparó el crecimiento económico de la región e incrementando la inversión externa en infraestructura.

Otro aspecto importante tendría foco en el desarrollo de un proyecto de ley atractivo para la zona específica a promover. Por ejemplo, Costa Rica ofrece al sector hotelero y relacionados la exención de todo tributo y sobretasas que se aplique a la importación o compra local de artículos indispensables para el funcionamiento o instalación de empresas nuevas, la depreciación acelerada de bienes o, incluso, la exención total del impuesto a la renta por un periodo de diez años o más –sobre las utilidades no distribuidas-; algunas acciones entre muchas otras que le dieron rápidos resultados al sector.

Los números resaltan

El crecimiento del turismo en el Perú ha sido cada vez mayor -salvo por el periodo de pandemia-, un logro plausible para las entidades involucradas y la propia gente que hace esto posible. Pero con tanta riqueza turística, el que recibamos solo 2.5 millones de turistas internacionales a nivel nacional en el 2023, mientras que Cancún, en solitario, supera los 10.4 millones de turistas internacionales, nos genera una envidia sana pero nos da idea de lo que podríamos lograr.

Perú alcanzaría los

US$10,300 millones

por concepto de PBI turístico este 2024 (Mincetur)

México superaría los

US$31,141 millones

(Sectur)

Uno podría pensar que esta diferencia estaría por la creación de una entidad tan antigua como parte de México con INFRATUR, pero el Perú llevó la delantera con la formación de una entidad encargada del turismo con la Corporación de Turismo del Perú (1965); la gran diferencia recayó en que el primero tuvo un trabajo más dinámico en cuanto a desarrollo de proyectos, mientras que el segundo se enfocó más en estudios e inventarios.

Tenemos todo lo necesario para generar un clúster de turismo en diferentes sectores del país; el empezar con las playas del norte, ya sea Máncora, Cabo Blanco (Piura) o Zorritos (Tumbes), sería una gran posibilidad para desarrollar una zona aún poco aprovechada, con un potencial enorme y que atrae cada vez mayor interés internacional y nacional. Solo queda ponernos metas claras y dar oportunidades al empresariado para que pueda apostar por un proyecto planificado y de largo plazo.

Punto de vista

  • Camilo Carrillo – EY

    ¿Qué se necesitaría a nivel de inversión en infraestructura? 

    El norte del Perú es una de las zonas que mayor cantidad de inversión privada en infraestructura ha recibido. Veamos por ejemplo la concesión de al menos tres aeropuertos situados en el norte (Talara, Piura y Tumbes), la Autopista del Sol (que se encuentra en un 60% de avance) y en general acceso a servicios en mayor proporción que el resto del país. Hoy sin embargo aún queda una brecha de infraestructura alta por cubrir: especialmente en los servicios públicos de agua y saneamiento que son insuficientes para la ampliación ordenada de las ciudades. La infraestructura vial urbana tanto en Piura, Tumbes y Talara no cuenta con condiciones adecuadas para la visita y hospedaje de una población turística importante. Finalmente, una falta de planificación en dichas ciudades impide un ordenamiento razonable para las nuevas inversiones que se puedan dar en el sector turismo.

    Hoy esto va unido a la falta de capacidad de las autoridades para hacer valer las normas que permitan el desarrollo de nueva infraestructura. El caso más emblemático es justamente la Autopista del Sol, que por falta de entrega de terrenos por parte del Estado se encuentra solamente a un 60% de avance cuando a estas alturas ya debió haberse culminado.

    ¿Cómo el gobierno podría fomentar el desarrollo del norte?

    Ya sea para mayor conectividad vial, desarrollo de un aeropuerto importante, y obras que consideres que se podrían necesitar.

    Hoy es indudable que el uso de opciones innovadoras para la inversión en infraestructura como los G2G (Gobierno a Gobierno) ha generado un desarrollo de la misma, mayor en el norte que en el resto del país. La autoridad para la reconstrucción con cambios ha utilizado los contratos G2G para recuperar la infraestructura dañada durante el fenómeno El Niño y claramente los resultados han sido exitosos. También es factible utilizar mecanismos como las APP y las obras por impuestos. Como mencioné tres aeropuertos del norte están concesionados, y en los próximos años debería haber inversiones importantes sobre todo en la ampliación del aeropuerto de Piura, lo que permitiría convertirlo en un hub regional y aumentar notablemente la llegada de Pasajeros y la conectividad de dicha ciudad con el resto del país y con el resto de Sudamérica, potenciando el sector turismo.  

    Complementariamente, si existiera la misma política como la que hubo en Cancún en la década de los setenta, por ejemplo con Tumbes y su infraestructura vial y aeroportuaria, esto sin lugar a duda sería un multiplicador del turismo a futuro.

  • José Koechlin – Inkaterra

    ¿Cuál es el potencial del norte del país para desarrollar un circuito turístico de gran envergadura? ¿Consideras que es factible tener una historia como la de Cancún?

    Cabo Blanco y el norte peruano reúnen todas las condiciones para convertirse en uno de los principales destinos turísticos de la región. Su riqueza histórica es extraordinaria: preserva un imponente paisaje de velas ancestrales, con una tradición prehispánica de pesca artesanal.

    Hacia fines de los años 40, el empresario petrolero e ícono de la pesca deportiva, Alfred Glassell Jr. (1913-2008), comisionó una ambiciosa investigación científica a las universidades de Yale y Miami. La misión era determinar los hotspots de pesca alrededor del planeta. Frente a una caleta de pescadores artesanales llamada Cabo Blanco, los expertos hallaron un inusual fenómeno natural que convertiría a este destino en la meca mundial de la pesca recreativa. Descubrieron que la confluencia de tres corrientes de distintas temperaturas –Humboldt, El Niño y la sub-corriente de Cromwell– elevaba los nutrientes hacia la superficie del océano, hecho que atraía alrededor del 70% de la biodiversidad marina del Perú, incluyendo a una gran variedad de atún y a los merlines más grandes del planeta.

    La riqueza cultural y natural del norte peruano merece ser puesta en valor por medio del desarrollo de un circuito turístico que comprenda diversos nichos de mercado, desde deportes acuáticos como el surf y kite surf hasta la pesca recreativa. Y, sobre todo, debe convertirse en un modelo replicable/escalable para otras comunidades costeras a nivel global, si se implementa un enfoque de turismo regenerativo. 

    ¿Qué consideras que se necesitaría por parte del sector público y por parte del sector privado? ¿Cuáles son las principales problemáticas?

    La principal urgencia es el acceso a servicios básicos, como el agua potable. Desde el fenómeno El Niño de 1983, el pueblo de Cabo Blanco no ha tenido acceso al agua potable. Asimismo, se requiere un plan de infraestructura turística en la región. Con el apoyo del Plan Regional COPESCO (Ministerio de Comercio Exterior y Turismo), Inkaterra viene trabajando para el mejoramiento del malecón del pueblo de Cabo Blanco, además de facilitar nuevas rutas de acceso, un nuevo centro de interpretación para la puesta en valor de la biodiversidad y la tradición pesca artesanal, además de brindar las condiciones para el desarrollo de experiencias de turismo vivencial, como la gastronomía regional, vías de ciclismo, o la observación de aves y de fauna marina (ballenas, tortugas y aves pelágicas). 

     Por otro lado, es necesario aprender de países vecinos. Es ejemplar cómo en el 2016 el gobierno chileno anunció la creación de la reserva marina Nazca-Desventuradas, un área de 297.000 kilómetros cuadrados, la más grande de América. Un área que por poco alcanza el tamaño de Italia. Así se protege de la pesca y otras actividades extractivas una diversidad marina endémica. En el 2011, Inkaterra Asociación presentó al Ministerio del Ambiente el expediente técnico justificativo para la creación de la primera reserva marina del Perú. Una medida como ésta todavía no se pone en práctica en nuestro país, si bien el Perú se encuentra entre los países signatarios de las Metas de Aichi, que nos comprometen a proteger el 10% de nuestro mar.

    ¿Cuáles consideras que son los principales atractivos turísticos para destacar y que se pueden aprovechar del norte? 

    Debido a la confluencia de las corrientes de y Humboldt y El Niño, el Mar Tropical Peruano ofrece un abanico muy amplio de atractivos: experiencias vivenciales como la pesca tradicional a vela y la pesca recreativa, la observación de fauna marina, la cultura gastronómica, o las olas de clase mundial para deportes acuáticos como el surf y kite surf. El desierto marino-costero permite deportes de aventura como el ciclismo, además de actividades de bienestar. El bosque seco tropical es hábitat de aves endémicas, con un gran potencial para el birdwatching.

    ¿Cómo has notado la evolución del turismo en el norte en los últimos años y cuál es la proyección que tienen?

    En los últimos años se ha diversificado la oferta en el norte. Puede apreciarse una tendencia hacia los alojamientos boutique, que atraen a viajeros en busca de experiencias auténticas y oportunidades de aprendizaje. La comunidad global aprecia la desconexión como un lujo, y es cada vez más consciente del impacto del turismo sobre las comunidades y la biodiversidad. Hay un mayor compromiso con su conservación, y una preferencia por las prácticas sostenibles. Hay, además, una inclinación hacia intereses muy particulares: al turismo gastronómico, al wellness, a la observación de aves. El norte peruano goza de todos los recursos para satisfacer esta demanda.

  • Geilan Mustafá – Costal del Sol

    ¿Cuál es el potencial del norte del país para desarrollar un circuito turístico de gran envergadura? ¿Consideras que es factible tener una historia como la de Cancún?

    Definitivamente tiene potencial; hay buen clima, buenas olas y excelente comida si de playas hablamos. Lo que se necesitaría es autoridades competentes que puedan garantizar inversiones buenas y transparentes, seguridad y limpieza. Creo que esa es la parte más difícil.

    En el norte, además de las playas, tenemos mucho de cultura e historia; se puede explotar por ejemplo la ruta Moche. También tenemos experiencia vivencial, no solo con el avistamiento de ballenas y tortugas, sino también en los manglares de Tumbes donde se ven algunas especies como cocodrilos y aves.

    ¿Qué consideras que se necesitaría por parte del sector público y por parte del sector privado? ¿Cuáles son las principales problemáticas? 

    El sector público sigue poniendo su foco principal en Machu Picchu, y debería explotar más el norte y otras zonas de nuestro país. Se necesita inversión en infraestructura, regulaciones y un gobierno regional firme y activo. Si esto viene solo por parte del sector privado si el sector público no pone orden, será muy difícil lograr algo. 

    Como lo indicaba anteriormente la seguridad y limpieza son básicas, además del abastecimiento y de la conectividad. Eso generaría economía circular en la zona y ayudaría a las comunidades cercanas.

    ¿Cuáles consideras que son los principales atractivos turísticos para destacar y que se pueden aprovechar del norte?

    La Ruta Moche, el señor de Sipán, Pirámides de Túcume, Huaca del Sol y de la Luna, la Señora de Cao. La gastronomía de la ciudades del norte, la cual es muy rica y variada en insumos. 

    Tener en cuenta que cada pueblo del Perú cuenta con cultura, historia, geografía, flora y fauna, gastronomía además de tradiciones. Cada uno tiene su particularidad.

    ¿Cómo has notado la evolución del turismo en el norte en los últimos años y cuál es la proyección que tienen?

    El movimiento hacia el norte crecido lento, pero constantemente, tanto en el sector corporativo como en el de vacaciones. Sin embargo, si queremos tener un crecimiento significativo se tendrían que priorizar las inversiones y que el Estado ordene lo que le corresponda.

Resumen

El potencial del norte es innegable, los atractivos turísticos, historia, playas, gastronomía y más, lo vuelven en un punto turístico que se va haciendo cada vez más concurrido. Pero existen mecanismos que podrían hacer que el norte tenga una historia de éxito turístico como la de Cancún.    

Acerca de este artículo

Por Paulo Pantigoso

Country Managing Partner, EY Perú

Managing Partner de EY Perú, enfocado en generar valor y en la construcción de un mejor mundo de negocios para nuestros clientes, nuestra gente y nuestra comunidad.