Las conversaciones sobre biodiversidad en la COP16 en Roma concluyeron con la adopción de una hoja de ruta financiera destinada a movilizar $200 mil millones de dólares anuales hasta 2030 para fortalecer la conservación de la biodiversidad.
Este compromiso incluye la transferencia de $30 mil millones de dólares anuales de los países desarrollados a los de ingresos más bajos.
El documento establece estrategias para cerrar la brecha de financiamiento en biodiversidad, estimada en $700 mil millones de dólares anuales, destacando la importancia de aumentar la inversión privada y de diversificar las fuentes de financiamiento más allá de los aportes de los países desarrollados.
Sin embargo, la discusión sobre la creación de un nuevo fondo global de biodiversidad fue postergada para la COP18 en 2028.
Un aspecto central de la hoja de ruta es el rol del sector privado en la conservación. Se espera que industrias tradicionalmente vinculadas con la pérdida de biodiversidad, como la minería, la energía y el transporte marítimo, contribuyan de manera significativa, no solo mediante la reducción de su impacto ambiental, sino también a través de inversiones en créditos de biodiversidad y otros instrumentos financieros innovadores.
El aumento del financiamiento permitirá fortalecer proyectos de conservación y restauración, facilitando la implementación de los objetivos del Marco Global para la Biodiversidad, incluyendo la meta de proteger el 30% de la superficie terrestre y marina del planeta para 2030.