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Ciberseguridad e inteligencia artificial: la estrategia definitiva para cerrar la brecha digital

Integrar seguridad desde el diseño: clave para una IA responsable y escalable


En resumen

  • El 82% de las personas ya usa IA, pero solo el 57% se siente cómodo con ella; la seguridad y privacidad son sus principales preocupaciones.
  • Solo el 9% de las organizaciones cuenta con controles específicos de ciberseguridad para modelos de IA.
  • La velocidad de adopción de IA supera la capacidad de gobernarla, dejando brechas técnicas críticas.

En la carrera por la adopción acelerada de la inteligencia artificial (IA), es fundamental reconocer que su desarrollo no puede abordarse sin considerar la ciberseguridad como un componente estructural. Desde una perspectiva técnica, es esencial definir e implementar una arquitectura de seguridad sólida como parte integral del entorno de control de la IA.

Confianza, vulnerabilidad y superficie de ataque

Según el estudio de EY Responsible AI Pulse Survey, el 75% de los CEO cree que están alineados con las expectativas de los consumidores en cuanto al uso ético de la IA, pero solo el 35% de los consumidores está de acuerdo. Por otro lado, el reporte AI Sentiment Index, también de EY, refuerza esta discrepancia: aunque el 82% de las personas ya utiliza IA, solo el 57% se siente cómodo con ella. 


El mismo estudio revela que la adopción de IA está superando ampliamente la capacidad de las organizaciones para gobernarla adecuadamente.

Estas cifras reflejan una verdad que en ciberseguridad conocemos desde hace tiempo: la confianza es tan fuerte como el eslabón técnico más débil. Cuando se construyen sistemas de IA sin integrar protección de datos, controles de acceso, trazabilidad y auditoría desde el diseño, las organizaciones se exponen a fallas y vulnerabilidades que pueden afectar negativamente la confianza del público.

IA sin Ciberseguridad: una paradoja técnica

Además, el estudio de EY sobre “Prioridades de las Juntas Directivas 2025 en Colombia” muestra que la innovación y las tecnologías emergentes ocupan la prioridad número 2 para las juntas este año, mientras que la ciberseguridad y la privacidad de datos están en la posición número 8. Aún más preocupante es que el 95% de las juntas prioriza el uso de IA para capturar oportunidades de mercado y mejorar la eficiencia interna, por encima de la mitigación de riesgos.

Desde una perspectiva técnica, esta desconexión es crítica. Cada nuevo modelo de IA amplía la superficie de ataque: APIs expuestas, datos sensibles mal gobernados, integraciones débiles y una presión constante por conectar estos sistemas a entornos híbridos o multicloud. ¿Qué tan preparados están estos entornos para resistir una amenaza dirigida o una fuga de datos?

Diseñar IA segura desde el núcleo

La GenAI y los agentes de IA que interactúan con múltiples aplicaciones incrementan exponencialmente la complejidad y el riesgo. La seguridad no puede añadirse al final; debe integrarse desde el entrenamiento, pasando por la validación de datos, los controles de acceso, la gestión de identidades y el monitoreo post-despliegue. Cada etapa del ciclo de vida de la IA debe contar con un mapa de riesgos, mecanismos de defensa activa y capacidad de respuesta ante incidentes.

Supervisión débil, riesgo alto

El estudio “Prioridades de las Juntas Directivas 2025 en Colombia” señala que:

  • El 53% de las juntas considera que dedica poco tiempo a la ciberseguridad.
  • El 38% dice recibir menos información de la necesaria.
  • Solo el 13% cree que el CISO ganará protagonismo este año en las reuniones de las juntas.

Esto deja claro que la supervisión aún no alcanza la madurez necesaria para anticipar vulnerabilidades ni acompañar el ritmo del despliegue tecnológico. Desde un enfoque técnico, esto se traduce en implementaciones inseguras, falta de monitoreo y mayor exposición a ataques avanzados.

IA segura o IA fallida: recomendaciones clave desde la ciberseguridad

Como profesionales en ciberseguridad, debemos ser enfáticos: la IA no es segura por defecto, ni responsable sin un diseño seguro. Cada avance tecnológico que no integre principios de seguridad es una oportunidad perdida… o una amenaza programada.

Para cerrar esta brecha crítica, proponemos cinco recomendaciones técnicas esenciales:

  1. Seguridad desde el diseño: integrar controles de seguridad desde la arquitectura inicial del modelo hasta su despliegue.
  2. Gobernanza técnica clara: definir responsabilidades sobre los riesgos de IA en los equipos de tecnología y seguridad.
  3. Controles específicos para IA: implementar mecanismos de autenticación, monitoreo y respuesta ajustados al comportamiento de modelos de IA.
  4. Validación continua de datos: asegurar la calidad, legalidad y trazabilidad de los datos utilizados en entrenamiento y operación.
  5. Simulación de escenarios adversos: realizar pruebas regulares de estrés y simulacros de ciberataques dirigidos a modelos de IA.

La transformación digital requiere velocidad, sí, pero no a costa de la seguridad. La IA puede transformar industrias, pero solo si está protegida por una base sólida de ciberseguridad. Sin confianza, no hay innovación sostenible.

Resumen

En el actual entorno de aceleración tecnológica, la inteligencia artificial (IA) y la ciberseguridad no pueden ser tratadas como temas separados. La adopción masiva de modelos de IA trae consigo una ampliación de la superficie de ataque, lo que pone en riesgo la confianza del usuario y la integridad de los sistemas. Aunque las juntas directivas priorizan la innovación y el uso de IA para capturar valor, la ciberseguridad ocupa una posición rezagada en sus agendas, generando una desconexión crítica entre oportunidad y riesgo.

Estudios recientes de EY muestran que la mayoría de las organizaciones carece de marcos sólidos de gobernanza y controles de seguridad específicos para IA, a pesar de que los usuarios manifiestan una creciente preocupación por la privacidad de los datos. Para cerrar esta brecha, es imperativo diseñar la IA con seguridad desde el núcleo, incorporando controles desde la arquitectura técnica hasta la operación diaria. No se trata solo de proteger tecnología, sino de garantizar confianza, continuidad y responsabilidad.

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