1. La inflación continuará poniendo presión en el bolsillo de los consumidores y hará que el precio siga siendo el factor determinante de compra. Las prioridades de consumo seguirán siendo sectores o segmentos los no discrecionales tales como alimentos, transporte, salud; e incluso en estas categorías el precio jugará un papel preponderante.

2. Las preferencias de los consumidores, sobre todo en bienes y servicios discrecionales, continuarán evolucionando hacia favorecer empresas y marcas que se perciban como preocupadas por su sostenibilidad, su impacto social y ambiental.

Las empresas tanto los retailers, como sus proveedores deben seguir comunicando sus esfuerzos en estas dimensiones para mantener conectados a sus clientes y promover grupos de colaboración y promoción positiva

3. El servicio al cliente y las interacciones por todos los medios / canales. Los minoristas también deberán buscar formas innovadoras de mejorar el servicio al cliente, a través de canales y tecnologías tanto por aquellas que ya se han vuelto más comunes, tales como los centros de atención o call centers, el uso de chatbots, etc, como por aquellas tecnologías emergentes como la inteligencia artificial o el machine learning.