La adopción de las marcas blancas y privadas en Latinoamérica ha sido más lenta si se compara con las presentadas en Estados Unidos, Europa y Asia. Por ejemplo, su penetración promedio en el segmento de productos de consumo es de 10% en LATAM, mientras que en Estados Unidos está posicionado entre el 25% y 30%. En este caso, Colombia encabeza la región con un 17%; seguida de Argentina, Chile y Perú con un 13%; y México con un 8%.
Igualmente, el estudio también identificó que los consumidores están realizando compras en puntos de venta como tiendas de descuento (hard y soft discounters). El aumento de este tipo de tiendas -incluso por encima de los retailers- hace que la presencia de las marcas blancas y privadas aumenten en su formato físico y virtual. Para Colombia, el crecimiento de los hard discounters está en un 29%; mientras que el de los retailers, en un 2,5%.
Es importante destacar que la participación de las marcas blancas y privadas en América Latina varía de acuerdo con la categoría; por ejemplo, en artículos de higiene y pañuelos, se ubica en un 5%; alimentos de la canasta familiar, 4%; lácteos y alternativas, 2%; snacks, 2%; cuidado del hogar, 5%; salud, 1%; y belleza y cuidado personal, 1%.
“Hemos llegado a la conclusión de que las marcas blancas y privadas llegaron a América Latina para quedarse. Las marcas blancas y privadas han cambiado la naturaleza de las relaciones entre los fabricantes de productos de consumo y los retailers”.
Las marcas blancas y privadas tendrán una mayor relevancia en el futuro, estas son consideradas como una base esencial para el crecimiento del sector, cuyo fin es tener una propuesta de valor disruptiva que ayude a satisfacer las necesidades de los consumidores.