Nota de Prensa
27 ene. 2022 

Tres de cada cuatro inversores desinvertirán en empresas con malos resultados en materia ESG

  • El 89% demanda un estándar global de reporting ESG
  • El 92% afirma haber invertido basándose en los potenciales beneficios de una “recuperación verde”

La pandemia ha aumentado el interés de los inversores institucionales en el análisis de la información corporativa sobre factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG por sus siglas en inglés). De hecho, el 74% se muestra ahora dispuesto a desinvertir en empresas con un historial ESG deficiente mientras urgen a mejorar la calidad de la información aportada por las compañías, según se desprende de la sexta edición del informe Global Institutional Investors Survey 2021 de EY.

En esta encuesta, en la que han participado 320 inversores institucionales procedentes de 19 países, el 90% de los encuestados aseguran que ahora tienen mucho más en cuenta los factores ESG en sus decisiones de inversión que antes de la pandemia y una gran mayoría (92%) afirma que en los últimos doce meses han realizado inversiones basándose en los potenciales beneficios de una “recuperación verde”.

“La pandemia ha sido un catalizador para integrar aun más las variables medioambientales, sociales y de gobierno corporativo en la toma de decisiones de los inversores y en estrategia de las empresas. Sin embargo, sigue existiendo preocupación por la transparencia y la calidad de la información corporativa. Por ello es necesario y urgente la concreción de un entorno regulatorio más claro, con estándares globales consistentes que puedan seguir tanto inversores como empresas”, explica Alberto Castilla, Socio responsable de Sostenibilidad de EY.

Entre la mayoría de los inversores hay una intención clara de aumentar la importancia de los riesgos ESG en todas sus carteras y planes de inversión en el futuro. Más de tres cuartas partes (77%) de los encuestados informan de que, en los próximos dos años, planean intensificar su análisis de riesgos "físicos" ­-es decir, el impacto del cambio climático en la capacidad de una empresa para producir productos y servicios-, una tendencia alza si tenemos en cuenta que en 2020 ese porcentaje era del 73%. Del mismo modo, el 80% hará más para evaluar los riesgos de la "transición energética" -es decir, el impacto en el mercado resultante de la evolución hacia una economía baja en carbono-, frente al 71% en 2020.

La encuesta también muestra que los inversores institucionales están tomando algunas medidas para comprobar si las empresas son capaces de cumplir con sus objetivos ESG. En este sentido, consideran varios factores en su toma de decisiones de inversión, por ejemplo, si existe un director de sostenibilidad que reporte directamente al CEO y al equipo directivo de la compañía (53%); si la cultura de la empresa está alineada con los objetivos ESG (52%); y si la compañía cuenta con una revisión independiente de su reporting ESG (48%). Sin embargo, solo al 42% le preocupa si el consejo supervisa el desempeño ESG o si la retribución de los ejecutivos está vinculada a factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo.

Finalmente, el 89% de los inversores encuestados asegura que le gustaría que la presentación de informes sobre ESG se base en un conjunto de normas comunes a nivel internacional.

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