- Empresas e instituciones deberán abordar los riesgos del cambio climático, tanto físicos (inundaciones, sequías, incendios, etc.), como reputacionales.
- Asegurar el suministro de agua es esencial para afrontar el cambio climático, el crecimiento económico y los resultados de las empresas
- Los criterios ESG y de sostenibilidad importan ya al 84% de los consumidores antes de hacer la compra, al 90% de los inversores antes de realizar una inversión y al 70% de los que buscan empleo.
El impacto del cambio climático es cada vez más evidente y el crecimiento de los daños causados por desastres naturales es exponencial. A su vez, el tiempo para actuar y lograr los objetivos del Acuerdo de París para limitar el calentamiento global a 1,5ºC apremia. Un escenario donde, junto a las políticas públicas, la actuación de las empresas es fundamental.
El impacto del cambio climático no pasa por alto a las empresas. Sus consecuencias pueden ser tanto físicas, debido a fenómenos agudos o crónicos (inundaciones, sequías, incendios, etc.), como relativos a sus obligaciones políticas y reputacionales de descarbonización y transición de la economía para lograr unos modelos mucho más sostenibles.
En este contexto, tal como se ha reflejado en la jornada Gestión de los riesgos climáticos y del agua, organizada por EY, “las organizaciones están reformulando la manera en la que abordan la sostenibilidad, poniéndola en el centro de la creación de valor y respondiendo a las necesidades de todas las partes interesadas: empleados, clientes o proveedores, con nuevos marcos regulatorios y financieros que afectan de lleno a las empresas”, señaló Alberto Castilla, socio responsable de Sostenibilidad y Servicios de Cambio Climático de EY.
El reto del agua
Asegurar el suministro de agua es esencial para afrontar el cambio climático, el crecimiento económico y los resultados de las empresas. En la actualidad, el 80% del agua es vertida sin tratamiento adecuado, y el 60% del agua usada en la agricultura se pierde. En 2050, se estima una disminución del PIB mundial de unos 4.500 billones de dólares por su falta de disponibilidad, un horizonte en el que se estima que unos 2.000 millones de personas estarán en situación de estrés hídrico.
Con todo, se observa un crecimiento importante de la información voluntaria que las empresas ofrecen a nivel global en el ámbito de su gestión del agua. En los últimos años, ha crecido un 58% el número de empresas que participan el rating CDP Water, llegando a las 3.370 en el 2021. En concreto, en España, solo hay 15 empresas incluidas en este rating, y no existe ninguna que alcance el nivel máximo “A” de esta clasificación, lo que evidencia su focalización en las informaciones obligatorias con una participación limitada de las voluntarias.
La respuesta de las empresas “pasa por definir objetivos y desplegar acciones que les permitan mejorar su resiliencia y capacidad de adaptación a los retos del agua actuando en la optimización de su uso interno, la gestión de los riesgos en su cadena de suministro, el despliegue de planes de stewardship (administracion) del agua, así como del compromiso con las partes interesadas”, señaló Charles Kirby, socio de Sostenibilidad en Consulting de EY. Apostar por ello, “les permitirá crear ventajas competitivas, aumentar su resiliencia y atraer capital mediante la confianza en su compromiso con los criterios ESG”, añade.
A lo largo de la jornada, también se abordó el papel de la tecnología para la identificación y gestión de los riesgos climáticos y del agua, y algunas empresas como Climate Scale o Waterplan expusieron sus soluciones punteras en esta materia. Las compañías proporcionan datos climáticos de alta resolución y asesoramiento a empresas e instituciones para proteger los activos e identificar oportunidades frente al cambio climático. En el caso de la segunda, miden e informan específicamente sobre el riesgo relacionado con el agua.
Un papel más proactivo de las empresas
En un entorno de crecientes riesgos climáticos, consumidores, inversores, empleados y sociedad en general confían en un papel más proactivo por parte de las empresas, y muchos de ellos reformulan ya cómo abordar la sostenibilidad poniéndola en el centro de la creación de valor. “El reto para las empresas es como transformar sus modelos operativos, con procesos y tecnología que faciliten la gestión eficiente con datos fiables y trazables de sus iniciativas, involucrando a toda la organización, en la mejora de la sostenibilidad” concluye Charles Kirby.
La jordana finalizó con un coloquio en el que, además de los dos socios de EY, participaron Isabel García Tejerina, senior advisor de EY; Gil Lizcano, CEO de Climate Scale; José Ignacio Galindo, CEO de Waterplan; Carmen Guembe, directora de Comunicación Corporativa y Relaciones Exteriores de Schweppes Suntory y Ernesto Barcelo, director corporativo de ESG de Gestamp.