No obstante, la agroindustria representa una oportunidad de inversión para el sector empresarial —independientemente de si se trata de pequeñas, medianas o grandes organizaciones—, ya que brinda rentabilidad al mismo tiempo que implementa acciones que contribuyen a combatir la escasez de recursos.
Agrotecnología: una palanca para la transformación
Las empresas de este sector deben entender las necesidades alimentarias de los consumidores para implementar acciones que aumenten la eficiencia de la producción, volviéndola más amigable con el medioambiente y logrando rentabilidad para toda la cadena de valor.
Al ser rentable, la agricultura tiene la capacidad de desarrollar un modelo de negocio enfocado en los grupos de interés, así como en la eficiencia y en cómo transformar el uso de los recursos naturales para incursionar en una economía circular a nivel global, aprovechando las tecnologías especializadas en este sector.
La agrotecnología o agrotech tiene que ver con la agricultura de precisión y se ha implementado en los procesos de siembra y cosecha; sin embargo, su desarrollo ha permitido que actualmente existan sistemas que, mediante satélites y drones, pueden establecer el momento óptimo para la aplicación de agroquímicos y agrofertilizantes.
Gracias a esta tecnología, el nivel de respuesta es más rápido y eficaz. Su uso se enfoca en la importancia de que las personas conozcan la trazabilidad de los alimentos que consumen y su impacto en el planeta. Además, la agrotech busca convertir el seguro paramétrico en un bien para ayudar a que las cosechas estén protegidas, mitigando los riesgos derivados del clima que impactan a las inversiones y las finanzas de las empresas del sector.
Rediseñando el futuro de la agroindustria
Estas nuevas tendencias representan grandes oportunidades para que las organizaciones sean eficientes en torno a la innovación y los requerimientos que se están dando en la agroindustria, para así generar una economía circular y agregar valor a la producción de insumos.
Es importante resaltar que los gobiernos han comenzado a premiar —desde una perspectiva tributaria— a aquellas empresas que demuestren tener una economía circular, con el fin de promover este tipo de acciones.
El futuro de la agroindustria está abriendo caminos para que las compañías fabriquen productos más naturales y tengan una producción basada en las nuevas tecnologías que se han desarrollado dentro del sector.