En el mundo actual, las amenazas cibernéticas se han convertido en una realidad constante y, en consecuencia, las organizaciones deben estar preparadas para enfrentar ataques potenciales. Ante este panorama, es necesario comprender los cinco pasos fundamentales para responder a una crisis cibernética y estar listos para cuando llegue el momento. Estas claves son interdependientes y no requieren un orden secuencial; de hecho, llevarlas a cabo en paralelo puede acortar el tiempo de resolución y disminuir la exposición al riesgo.
Paso 1. Planear
La clave para responder eficazmente a una crisis cibernética es la preparación. Los ciberataques a menudo pueden pasar desapercibidos durante largos periodos de tiempo, por lo que es esencial establecer un monitoreo y diagnóstico constante en toda la organización. Esta vigilancia permitirá la detección temprana de cualquier incidente y su pronta resolución.
Paso 2. Identificar y escalar
En esta etapa, es vital tener un profundo conocimiento del entorno de red de la empresa. El equipo de respuesta debe aislar el incidente y centrarse en los sistemas y datos afectados. Dependiendo de la gravedad, complejidad y urgencia del percance, se deben establecer procedimientos adecuados de escalado, con base en criterios predefinidos. Es crucial ajustar continuamente las pautas de clasificación para mantenerse al día con el entorno de riesgo de la organización y garantizar que las amenazas críticas no sean pasadas por alto y los riesgos de menor nivel no consuman recursos valiosos.
Paso 3. Investigar
La investigación desempeña un papel vital en la respuesta a una crisis cibernética. La estrecha colaboración con el equipo de seguridad de la información permitirá determinar cómo y cuándo ocurrió el percance, identificar la causa raíz y evaluar el impacto en la organización. Un incidente de gran envergadura puede requerir varios ciclos de investigación, cada uno de ellos compuesto por cuatro actividades clave: recopilación de evidencias, análisis, contención y erradicación.
La recopilación de evidencias debe realizarse de manera forense, garantizando que los hallazgos sean sólidos y puedan soportar un escrutinio legal y regulatorio. El análisis permitirá identificar la causa principal del incidente y los sistemas afectados que deben ser aislados y eliminados para evitar la propagación de la amenaza. La contención y erradicación pueden revelar nuevos riesgos que requieren un análisis exhaustivo. Este ciclo de actividades continuará hasta que el sistema vuelva a su estado normal y todas las áreas expuestas hayan sido minuciosamente examinadas y mitigadas. La coordinación y ejecución precisa es primordial, ya que los atacantes suelen intentar restablecer su presencia y permanecer en la red.
Paso 4. Remediar
En esta etapa, la organización debe identificar y abordar las vulnerabilidades presentes en su entorno, por lo que es de suma importancia fortalecerlo para dificultar el intento del atacante de volver a ingresar, mejorar la capacidad de detección y respuesta ante potenciales ataques y estar preparados para futuras contingencias.
Paso 5. Resolver y aprender
Esta etapa implica la preparación de datos para informes regulatorios, reclamos de seguros, litigios, inteligencia de amenazas y notificación a los clientes. Además de las actividades reactivas, es importante que la organización convierta la gestión de crisis en una oportunidad para aprender y fortalecer la gestión proactiva del riesgo cibernético. El equipo de respuesta debe resumir las medidas de mejora de seguridad de la información basándose en los resultados de la investigación.
En conclusión, responder a una crisis cibernética de manera efectiva requiere la implementación de estos cinco pasos clave. La inversión en la identificación y prevención de vulnerabilidades, así como la elaboración de planes de gestión de crisis sólidos, son elementos indispensables para proteger los activos de una organización y minimizar el impacto de los ciberataques. La prevención y preparación adecuada permitirán enfrentar con éxito los desafíos del mundo digital en constante evolución.