Ahora que hemos establecido un estado futuro de referencia, tenemos un claro punto de partida y nos hemos preguntado si estamos entregando valor a los clientes; nos restan dos temas importantes a revisar: el primero son las brechas que tenemos entre nuestro estado actual y el futuro deseado y, por otro lado, cómo priorizar dichas brechas con base en criterios orientados a alcanzar el objetivo establecido. Seguramente, uno de los temas a discutir en este punto es la definición de los criterios que nos permitan realizar esta priorización, para ello debemos tener en consideración el estado futuro a alcanzar, ya que si hemos establecido que nuestra organización tenderá a la agilidad y este es un punto que valora nuestro cliente, un criterio importante a evaluar en cada acción será su contribución a la agilidad de la organización. Debido a que es un tema totalmente contextual y en gran medida depende de la ambición establecida, retomaremos este punto una vez que sepamos la manera correcta de redactar los desafíos.
Para la redacción de los desafíos tenemos que usar una fórmula muy sencilla, pero de gran importancia para la exploración de posibilidades. Supongamos que hemos elegido para la visión futura de la organización, una imagen en la que contamos con las posibilidades de utilizar la información de los clientes para tomar decisiones sobre la configuración de la oferta en “tiempo real” a través de los canales digitales. En nuestra exploración hemos detectado que se requiere una estrategia para modernizar los canales, mejorar las capacidades internas para el desarrollo de nuevas aplicaciones, así como un avance casi exploratorio en relación con la analítica de datos, entre otras muchas situaciones.
Podríamos tomar las sentencias y resaltar los siguientes puntos:
- Necesidad de modernizar los canales digitales
- Capacidades internas para desarrollar aplicaciones
- Práctica analítica incipiente
Sin embargo, para que un desafío quede correctamente redactado es necesario utilizar la fórmula afirmativa con los siguientes iniciadores:
a. ¿Cómo?
b. ¿De qué maneras podría?
c. ¿Cómo podría?
d. ¿Qué pudiera ser?
Con ayuda de estas interrogantes, los desafíos se desarrollarían de la siguiente manera:
- ¿De qué maneras podríamos modernizar los canales digitales?
- ¿Cómo podría incorporar nuevas capacidades internas para desarrollar aplicaciones?
- ¿Qué pudiera ser una práctica analítica con capacidades necesarias para nuestro modelo de negocio?
Lo anterior puede parecer un ejercicio un tanto ocioso, pero lo que se busca es encontrar posibilidades para encaminar a la organización hacia un futuro diferente y para ello se requiere estructurar los desafíos de tal manera que en la enunciación misma comencemos a plantear las diferentes opciones posibles. Esta estructura ayuda a identificar los diferentes atributos asociados para establecer los componentes importantes. Tomemos el punto 2 de la lista anterior:
¿Cómo podría incorporar nuevas capacidades internas para desarrollar aplicaciones?
Al plantear la interrogante podemos comenzar a vislumbrar los componentes asociados:
- Habilidades requeridas
- Metodologías
- Lenguajes de programación
- Diseño de interfaz y de usabilidad
- Diseño de experiencia alineada a la estrategia
- Esquemas de atracción de talento
- Investigación tecnológica para conocer las tendencias
- Modelo de contratación
- Responsables involucrados
Una vez redactados, tendremos noción de su alcance y dimensión.