Resultados del estudio Liderando la transformación hacia un nuevo entorno laboral realizado por EY a nivel regional, el cual presenta insights sobre la preparación de las organizaciones en Latinoamérica para una transición segura al lugar físico de trabajo, en tiempos de pandemia
E
l distanciamiento social necesario para contener el contagio en la población impulsó a optar por el trabajo remoto con la finalidad de seguir operando durante esta coyuntura. Desde luego, en medio de la pandemia, las organizaciones se enfocaron en dar una respuesta oportuna frente a la emergencia sanitaria. Sin embargo, después de seis meses, la prioridad está enfocada en el cambio de "mirada" del modo supervivencia hacia un modo transformacional, con una planificación centrada en el futuro como impulsor del cambio, el ser humano como centro y la tecnología como habilitador. Reimaginando una estrategia que nos permita adaptarnos a nuevas modalidades de trabajo.
Transformación centrada en el futuro
En el camino hacia la transformación centrada en el futuro, son claves los siguientes aspectos para reinventar el trabajo actualmente: entender, innovar y accionar. Entender el impacto de COVID-19 en el comportamiento y hábitos de las personas, así como el efecto resultante en el mercado. Innovar para superar vulnerabilidades y/o aprovechar oportunidades en el modelo de negocio y operativo. Implementar ajustes necesarios para cristalizar la innovación, así como alinear roles, responsabilidades, competencias y métricas.
Según los resultados de nuestro estudio regional Liderando la transformación hacia un nuevo entorno laboral, realizado en agosto del 2020, algunas empresas han decidido mantener el trabajo remoto una vez superada la pandemia, debido a los buenos resultados obtenidos con esta modalidad. Otras empresas prefieren un esquema híbrido que combine la opción presencial y remota. A diferencia de terceras, que se encuentran preparadas o preparándose para un retorno presencial gradual y segmentado a las oficinas, con un plan de acción específico.
El estudio nos revela varios insights regionales y locales del nivel de preparación de las organizaciones para la transición segura de los colaboradores al lugar físico de trabajo a través de siete dimensiones: seguridad y salud, proyectos de inversión, economía en la fuerza laboral, bienes raíces y arrendamiento, voz del colaborador, estrategia del lugar de trabajo, gestión de instalaciones.
Las 368 empresas en Latinoamérica que conformaron el estudio, incluyendo el Perú, brindaron una variabilidad en las respuestas al pensar en el futuro entorno laboral alineadas a la realidad del entorno en la que están inmersas. Si bien muchas empresas a nivel local han optado por el trabajo remoto durante esta coyuntura, la mayoría de ellas se encuentran preparadas para un posible esquema combinado con las labores presenciales conforme la agenda de reactivación se ponga en marcha. El 100% de los encuestados locales aseguró contar con un plan para un retorno gradual y segmentado a las oficinas. Este plan contempla que los roles no esenciales y la población vulnerable continúe trabajando remotamente.
Actualmente, en el Perú, las empresas no refirieron tener una tendencia definida en cuanto a una nueva modalidad de otorgamiento de incentivos o compensación a los trabajadores. Un 57% de encuestados a nivel local aseguró haberlo considerado o implementado ya variantes en este aspecto. Asimismo, solo el 29% de las empresas peruanas encuestadas manifestó haber implementado una estrategia de recursos humanos soportada en un modelo mayormente digital, lo cual serviría como un habilitador en la toma de decisiones tanto durante como una vez superada la pandemia.
Para lograr una modalidad de trabajo remoto eficiente, ha sido necesario transitar un camino de cambio personal, en el estilo de liderazgo y en la forma de planear, conectar y trabajar en equipo. Así como implementar herramientas ágiles, que fomenten la productividad, colaboración y flexibilidad en los trabajadores. En ese sentido, el 55% de empresas peruanas ya ha implementado cambios en su estructura organizacional, procesos de trabajo y modelo de competencias con el fin de contar con equipos de trabajo con mayores capacidades digitales que les permitan adaptarse al nuevo modelo operativo, caracterizado por el trabajo remoto.