El mercado de acuerdos también fue amplio, con especial fuerza en tecnología y servicios financieros, y grandes aumentos en productos de consumo, aeroespaciales y de defensa, e industriales.
Pero reflejando lo que se vio al comienzo de la pandemia de COVID-19 en marzo de 2020, la actividad de acuerdos se ha ralentizado en abril hasta los 250.000 millones de dólares.
Las empresas que persiguen fusiones y adquisiciones necesitan una claridad precisa sobre los factores macroeconómicos para valorar con exactitud los activos objetivo. Las trayectorias de crecimiento económico repercuten directamente en las previsiones de ingresos futuros y en el dimensionamiento de las oportunidades de mercado, por lo que son fundamentales para cualquier modelo de valoración. Sin previsiones de crecimiento fiables, los adquirentes corren el riesgo de pagar en exceso por activos cuyo potencial puede no materializarse.
Las políticas fiscales y arancelarias afectan significativamente a los flujos de caja posteriores a la adquisición y a los costes de integración. Los cambios en los tipos del impuesto de sociedades, las políticas comerciales internacionales o los gravámenes sectoriales pueden alterar drásticamente el cálculo financiero de una transacción, transformando potencialmente los acuerdos rentables en acciones destructoras de valor.
Las condiciones del mercado de capitales establecen la base para los múltiplos de valoración y los costes de financiación. Las fluctuaciones de los tipos de interés, las primas de las acciones, los tipos de cambio y la disponibilidad de deuda influyen tanto en los precios de adquisición como en la estructura. En los mercados volátiles, el momento oportuno se vuelve especialmente crítico, ya que las diferencias de valoración entre las expectativas del comprador y del vendedor suelen ampliarse.
Casi tres cuartas partes de los CEO (71 %) considera que las posibles diferencias de valoración son una complejidad que podría ralentizar aún más la actividad de M&A en el próximo año.