Hay varias razones por las que las empresas pueden ser reacias a hacer referencia a cuestiones relacionadas con el clima en sus estados financieros. En primer lugar, es posible que los equipos financieros no tengan los conocimientos necesarios para comprender dónde se sitúan los riesgos climáticos en el contexto de las declaraciones. En segundo lugar, existe un desajuste en los horizontes temporales, ya que los estados financieros se refieren a un horizonte temporal comparativamente corto, mientras que el riesgo climático es relevante para un marco temporal mucho más largo. Por último, la incertidumbre y la variabilidad que conllevan los escenarios climáticos suponen un desafío a la hora de incluir estos escenarios en los modelos financieros. Independientemente de ello, las divulgaciones suponen un paso adelante decisivo, señala el Dr. Matthew Bell, EY Global Climate Change and Sustainability Services Leader. "Las juntas directivas y los equipos de alta dirección deberían utilizar sus divulgaciones para informar a sus stakeholders, especialmente a sus inversores, sobre cómo están entendiendo y gestionando sus riesgos en la práctica", explica.
Cómo los informes pueden ayudar a acelerar la descarbonización
La presentación de informes es una ayuda importante para el proceso de descarbonización, ya que permite a las empresas responsabilizarse — por sí mismas y por los demás. Sin embargo, no puede lograr la descarbonización por sí sola. La descarbonización depende, en última instancia, de que las empresas adopten medidas concretas en el mundo real, entre ellas:
- Establecer objetivos significativos y hacer un seguimiento de los progresos realizados con respecto a ellos
- Reevaluar la estrategia de forma periódica, utilizando el análisis de escenarios para poner a prueba las hipótesis.
- Colaborar con los socios para lograr objetivos ambiciosos de descarbonización
- Explorar oportunidades para transformar los portafolios de negocios al tiempo que se reducen las emisiones
Además, hay tres formas específicas en las que las empresas pueden utilizar sus informes corporativos para apoyar sus estrategias de descarbonización:
- Priorizar la materialidad: En lugar de intentar centrarse en todas las normas y métricas, concentrarse en contar una historia nítida e integrada sobre los riesgos financieros y las oportunidades que el cambio climático presenta para la empresa.
- Comparar la información con la de sus homólogos: Estudiar la información de los clientes, competidores y proveedores para entender cómo responden a las oportunidades y riesgos que presenta el cambio climático.
- Prepararse para la aplicación de las nuevas normas de la ISSB: Asegurarse de que la empresa cuenta con los procesos y la gobernanza adecuados para responder a los mayores niveles de escrutinio que acompañarán a la adopción internacional de la línea de base global de la ISSB en materia de divulgación de la sostenibilidad.
Los esfuerzos de descarbonización deben ganar tracción
En la actualidad, la información sobre el clima de las empresas no es tan completa como los inversores, los reguladores y otros stakeholders desearían. Tampoco parecen acelerar el proceso de descarbonización. De hecho, las emisiones globales de dióxido de carbono relacionadas con la energía aumentaron un 6 % en 2021, hasta alcanzar los 36.300 millones de toneladas, su nivel más alto de la historia, según la Agencia Internacional de la Energía1.
Para que las empresas puedan cumplir sus ambiciosos objetivos de cero neto, tienen que acabar con la gran desconexión que existe entre las revelaciones que hacen en el marco del TCFD y sus propios procesos de transformación. La divulgación del riesgo climático no debe ser un ejercicio de marcar casillas, sino una base sólida para la transformación de las empresas.
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Resumen
La información climática de las empresas según el TCFD todavía no cubre toda la información que los inversores, los reguladores y otros stakeholders desearían — y no tiene un nivel de calidad suficientemente alto. Además, no parecen acelerar el proceso de descarbonización.
Si las organizaciones quieren cumplir con sus objetivos de cero neto, tienen que abordar la importante desconexión entre las declaraciones que están haciendo y su transformación de descarbonización.