E
l nearshoring es una tendencia que busca acercar la cadena de suministro de ciertas industrias al punto de venta más cercano donde se encuentra la demanda. En este sentido, se prevé una expansión de industrias existentes y llegada de nuevos jugadores a nuestro país, principalmente de los socios comerciales más relevantes.
Para aprovechar esta tendencia, México requiere infraestructura física —como carreteras, puertos marítimos, aeropuertos y vías férreas— para hacer más eficiente la distribución, pero también necesita infraestructura intangible.
El acceso a recursos humanos capacitados, energía de bajo costo, agua, seguridad física y jurídica, entre otros, serán factores importantes al momento de elegir el mejor lugar para establecer los negocios.
Es claro que esto tiene y tendrá un impacto en la industria inmobiliaria. En la actualidad, las principales ciudades con vocación de manufactura en el norte del país muestran prácticamente nula vacancia. Este fenómeno se extenderá al Bajío, que tiene un alto potencial, y al sur, con la construcción del ferrocarril transoceánico y el aprovechamiento de puertos de altura.
La derrama en el sector inmobiliario será profunda. La necesidad de centros de logística, plantas, hubs industriales, centros de distribución y almacenes, será más que evidente. Junto con ello, se requerirá infraestructura hotelera, vivienda para atraer nuevo talento, escuelas y universidades, oficinas y centros comerciales.
Además, esta tendencia contribuirá a la especialización de las regiones del país: la manufactura y maquila, además del turismo médico en el norte, sin olvidar los centros de manufactura de tecnología, industria aeroespacial y producción agrícola del Bajío, así como el turismo y el campo en el sur.
El crecimiento obedecerá a la vocación de cada ciudad y a la combinación de los recursos necesarios para soportarlo.