valor del directorio

Directorio de una empresa: ¿Valor para quién?

La diversidad y la sostenibilidad redefinen a las empresas: crear valor para la sociedad y los stakeholders es el nuevo paradigma. 

El credo acuñado por Milton Friedman en 1970 “the business of business is business”, traducido en el sentido de que la razón de ser de la empresa es incrementar sus utilidades está cada vez más obsoleto. En los últimos años, ha habido un cambio significativo en la forma en que se percibe el papel de las empresas en la sociedad. En 2019, la Business Roundtable, una asociación de los ejecutivos de las principales corporaciones estadounidenses, emitió una declaración redefiniendo el propósito de una empresa para incluir la creación de valor para todos sus grupos de interés (Stakeholders) no solo para los accionistas. Además, la pandemia del COVID-19 aceleró la adopción de prácticas empresariales más responsables y sostenibles. 

La creciente presión por parte de los consumidores, empleados y reguladores ha llevado a las empresas a considerar su impacto social y ambiental. Esta tendencia global refleja un cambio de paradigma en el que la empresa privada se concibe no sólo como maximizadora de valor para sus accionistas, sino también como un agente de cambio positivo para la sociedad en general. La redefinición de quién es el beneficiario del valor generado por la empresa está impulsando nuevos enfoques respecto de quiénes deben conformar su directorio. Algunos países hablan de cuotas, especialmente femenina (Noruega e Islandia, por ejemplo, exigen 40% de mujeres en los directorios). También hay quienes hablan de diversidad etaria o de fomentar la diferencia generacional en el directorio. Otros como Warren Buffett y Jamie Diamon pregonan que la diversidad en el directorio contribuye a mejores decisiones, y algunos países, como Alemania, dan a los empleados cabida en el directorio. Ello, según estudios, ha redituado en mejores salarios y 2.5 veces mayores tasas de inversión que sus pares norteamericanos. El proyecto de ley estadounidense no hace sino recoger lo que ya ocurre en otros países al exigir la representación de los empleados en un tercio del directorio. Ello va en línea con repensar el rol y atributos distintivos del directorio, entre los que destaca su diversidad.

La diversidad en el directorio no es un fin en sí mismo sino un medio para dotar de perspectiva a la acción directiva en un mundo cambiante. La diversidad es el antídoto contra la complacencia y el groupthink, ese fenómeno psicológico que le impide a un grupo ver lo que tiene por delante.

En un entorno marcado por una creciente incertidumbre y vertiginosa disrupción en los negocios, presenciamos cada vez una mayor regulación respecto de las responsabilidades del directorio (basta pensar en el compliance o en la regulación de datos personales, etc.), así como mayores demandas respecto del rol de la empresa en la sociedad, a la que se le exige hoy no sólo tener un objeto social sino un propósito relevante.

Siendo el directorio el órgano corporativo que debe rayar la cancha de hacia dónde va la empresa, hoy más que nunca éste debe hacer gala de apertura al cambio, flexibilidad para asumir nuevos enfoques y adaptabilidad. Supone renunciar a querer controlar todo con un enfoque de espejo retrovisor del pasado para dar cabida a comprender lo que ocurre, anticipar tendencias y generar significados. Implica despojarse de la omnipotencia propia del olimpo corporativo para asumir con humildad el rol de escucha activa.

Hacer suyo este mandato de los tiempos no es tarea sencilla y menos para un órgano colegiado como el directorio. Transitar hacia escenarios de mejora continua exige que el directorio pueda detenerse a evaluar su desempeño. En nuestra experiencia, éste es un paso muchas veces doloroso, pero siempre trascendente en que el directorio puede darse cuenta para tomar las riendas de cómo maximizar su aporte a la empresa y, por ende, a nuestra sociedad. Eso es lo que hace a un directorio eficaz. 

Primera versión de este artículo fue publicada el 02 de mayo de 2018 en Semana Económica y actualizada en diciembre de 2024.

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Resumen

En un mundo empresarial cada vez más influido por la sostenibilidad y la responsabilidad social, el papel de las empresas está siendo redefinido. Ya no se trata solo de maximizar ganancias para los accionistas, sino de crear valor para todos los grupos de interés. Este cambio ha impulsado un enfoque más diverso en la conformación de los directorios, integrando perspectivas de género, edad y empleados. La diversidad, entendida como herramienta para evitar el pensamiento homogéneo, mejora la toma de decisiones. Además, se destaca la importancia de que los directorios sean flexibles, evalúen su desempeño y se adapten a las demandas de un entorno cambiante.

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