Los 10 principales riesgos y oportunidades comerciales para la minería y los metales en 2021

La disrupción del año 2020 ha reorganizado las clasificaciones, pero la licencia para operar sigue siendo el tema número uno para los mineros, con el 63% de nuestros encuestados señalándolo como uno de los tres principales riesgos. Esperamos que el tema se vuelva aún más importante a medida que los stakeholders se amplíen y desarrollen una voz más fuerte. A medida que el compromiso efectivo se vuelve aún más crítico, creemos que los mineros deben considerar tres niveles de la comunidad:

• Las comunidades locales tendrán mayores expectativas en cuanto a la forma en que los mineros respetan los derechos de los indígenas y el título nativo.
• Las comunidades nacionales pueden presionar para que se vuelva al nacionalismo de los recursos, con un mayor debate en torno a quiénes son los mineros que venden y con qué propósito.
• Un compromiso más amplio de la comunidad se pondrá de manifiesto cuando se pongan de relieve las cuestiones socioeconómicas después de COVID-19. Podríamos ver cómo aumenta la presión para proporcionar la propiedad de los activos a las comunidades.

Los mineros tendrán que colaborar con los gobiernos y las asociaciones del sector para ayudar a dar forma al mensaje de la contribución social y el valor derivado del sector minero. Existe una necesidad real de cambiar de marca, y con los inversores que buscan entender el valor más allá de los financieros, esto es clave para obtener capital y otras fuentes de financiación.

El aumento de los costos y de la productividad sigue estando en el punto de mira a medida que aumenta la complejidad de la minería y los precios de los productos básicos se ven sometidos a presión debido a la disrupción de la oferta y al impacto de la actual incertidumbre económica en la demanda.

El impacto de COVID-19 ha sido mixto, con algunas restricciones que imponen nuevos costos imprevistos y otras medidas que eliminan los silos que obstaculizan la productividad. A más largo plazo, creemos que para abordar esta cuestión de manera eficaz se requiere un verdadero enfoque integral de los costos y la productividad en toda la cadena de valor.

La descarbonización y el programa ecológico se ha convertido en una cuestión más destacada a medida que la responsabilidad social y las demandas más amplias de los stakeholders se intensifican a raíz de la pandemia.

La presión para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GHG, por sus siglas en inglés) sigue siendo el principal problema ambiental para las empresas de minería y metales, aunque la cantidad de GHG aportada varía según los productos básicos. Las principales empresas están exponiendo sus enfoques para descarbonizar las emisiones directas; sin embargo, muchos de los objetivos actuales de reducción de las emisiones no se ajustan al Acuerdo de París y pocos mineros comprenden el verdadero impacto ambiental de toda su cadena de valor.

Creemos que COVID-19 ha ofrecido a los mineros la oportunidad de reiniciar las operaciones. Las empresas que aumentan su atención en el medio ambiente, la seguridad y los problemas de gobernabilidad pueden fortalecer su licencia para operar y obtener una ventaja competitiva en la lucha por el capital.

Este riesgo es nuevo para nuestro top 10 este año, reflejando el creciente impacto de la incertidumbre geopolítica. Nuestra encuesta a ejecutivos globales para el informe de geoestrategia de EY 1 encontró que los problemas geopolíticos que los líderes esperan tendrán el mayor impacto en su empresa son el papel cambiante de Estados Unidos en el sistema internacional, la estabilidad de la UE y las relaciones entre EE.UU. y China.

Esta evaluación refleja el cambio de equilibrio de poder entre las mayores economías del mundo. Los Estados Unidos se están reposicionando desde una perspectiva de liderazgo, China está desempeñando un papel más importante en la geopolítica y Europa está buscando una proyección más cohesiva de su propio poder. A medida que los bloques emergentes consoliden su poder, las relaciones entre ellos podrían volverse volátiles.

Este cambiante paisaje geopolítico está cambiando muchas dinámicas para las empresas de minería y metales. En muchas jurisdicciones surgirá una tendencia hacia el proteccionismo económico para favorecer a los productores nacionales y garantizar que los países receptores reciban la parte que les corresponde de la riqueza de recursos.

A lo largo de esta crisis, los mineros optimizaron la liquidez administrando estrictamente el efectivo, dando prioridad al funcionamiento de los activos básicos y reduciendo o recortando los gastos de capital no esenciales o no básicos.

Pero mientras que una fuerte disciplina de capital está ayudando a los mineros a capear la volatilidad, las decisiones de inversión más audaces y el aumento del riesgo permitirán mayores rendimientos a medio y largo plazo. Los enfoques para lograr esto pueden ser radicalmente diferentes de los desplegados en el pasado. Las empresas mineras tendrán que evaluar su apetito por el riesgo y el enfoque de la asignación de capital para asegurarse de que no pierden nuevas oportunidades.

Nuestro segundo mayor riesgo en el informe del año pasado se encuentra ahora en el número 7 — no porque sea menos importante sino porque los mineros se sienten más seguros manejando esta problemática. Ciertamente demostraron su compromiso con la seguridad de los trabajadores durante la pandemia, actuando rápidamente para proteger la salud y reducir el riesgo de exposición en el sitio.

Ahora las empresas están reconociendo que la adopción acelerada de equipos de trabajo remotos y virtuales tiene el potencial de añadir valor más allá de la crisis al mantener los equipos seguros, productivos y comprometidos. La pandemia ha estimulado un cambio en la cultura corporativa de las empresas de minería y metales, creando una nueva oportunidad para la transformación sostenible de la fuerza laboral. Casi el 80% de los ejecutivos de las empresas de minería y metales que encuestamos dijeron que esperan que sus organizaciones se abran más al cambio debido al impacto de COVID-19.

La volatilidad es nueva en nuestro top 10 de este año — un reflejo del impacto de COVID-19 en el mercado mundial de materias primas. La pandemia ha disrumpido significativamente las cadenas de suministros a corto plazo y ha creado una incertidumbre constante en torno a la demanda.

El rápido repunte económico de China ha mantenido la demanda de mineral de hierro, y el oro y la plata conservan su condición de refugios seguros, pero una futura disrupción podría ver este cambio rápidamente. Los mineros deben ser capaces de tomar decisiones sostenibles y a largo plazo cuando se enfrentan al retorno de la grave volatilidad de los precios de los productos básicos, la amenaza de la sustitución y los cambios en la demanda de los clientes.

La optimización digital y de datos, nuestro tercer riesgo más grande el año pasado, está ahora en el número 9, lo que indica una creciente confianza digital para los mineros. Creemos que esto no se debe a que se vea como un riesgo menos importante — o una oportunidad — sino más bien a que muchas de las cuestiones que rodean a lo digital se han convertido en "business as usual" para los grandes mineros. Muchos de ellos están en el segundo o tercer año de su recorrido por la hoja de ruta digital, y a medida que su transformación digital se hace más compleja, su valor para la organización es más claro.

El impacto de COVID-19 ha puesto de relieve los beneficios de diversas tecnologías, como la automatización, la IA y blockchain, para ayudar a garantizar la continuidad de las actividades. Las empresas que ya habían invertido en el avance de su viaje digital están cosechando los beneficios ahora y seguirán teniendo una ventaja competitiva más allá de la pandemia.

Abundan las oportunidades para que los mineros amplíen el alcance y aumenten la eficacia de sus programas de innovación, en particular después del rápido giro del sector en respuesta a COVID-19. La pandemia ha proporcionado algunas lecciones valiosas sobre cómo adoptar un enfoque de la innovación basado en los recursos y el mercado. Hemos visto que se ha incrementado la innovación y se han puesto en práctica más soluciones en toda la cadena de valor para hacer frente a los efectos de COVID-19, y que muchos proyectos de innovación se han convertido rápidamente en realidad.

COVID-19 también actuó como catalizador de una mayor colaboración entre las empresas de minería y metales para desarrollar soluciones creativas y ágiles a los problemas. Ahora, el sector se enfrenta a una enorme oportunidad de ampliar esta colaboración, incluso en la coevolución de nuevos productos o tecnologías, el desarrollo de incentivos y recompensas compartidos por la aplicación de innovaciones más allá de la venta de dispositivos, y los consiguientes cambios fundamentales en los sistemas o prácticas empresariales, que pueden aportar un importante valor a corto y largo plazo para las empresas individuales, todo el sector y las comunidades.

Resumen

La incertidumbre creada por COVID-19, la volatilidad de los precios de las materias primas y las tensiones geopolíticas han modificado la clasificación de los principales riesgos y oportunidades de los mineros para 2021. La licencia para operar, la disrupción y el medio ambiente, la seguridad y la gobernanza son cuestiones cada vez más importantes a medida que la pandemia aumenta las expectativas de los stakeholders en torno a la responsabilidad social empresarial. Creemos que esta tormenta perfecta de disrupción crea una oportunidad para que el sector avance en los cambios estructurales estancados desde hace tiempo y acelere los proyectos de transformación que reformularán el sector de la minería y los metales para el futuro.