El panorama empresarial de América Latina se encuentra en una encrucijada marcada por la incertidumbre económica y la disrupción geopolítica. En este contexto global volátil, los CEO de la región están redefiniendo sus estrategias con una visión de largo plazo, priorizando la construcción de confianza y la resiliencia operativa.
La regionalización: de ajuste táctico a giro estratégico
La principal tendencia que emerge del estudio es un cambio fundamental en cómo las empresas abordan sus cadenas de suministro y sus modelos operativos. En respuesta a la evolución geopolítica, que incluye la creciente presión de los aranceles y las negociaciones comerciales, los directivos de Latinoamérica están implementando activamente estrategias de localización y regionalización. Mientras que la primera se centra en generar tácticas para producir bienes dentro del país en donde serán vendidos, la segunda crea cadenas de suministro regionales diseñadas para servir a un bloque comercial específico.
Lo más relevante es el enfoque temporal: esta transición se percibe como un cambio estratégico a largo plazo, y no como un ajuste táctico a corto plazo para mitigar riesgos puntuales.
Áreas de aplicación y factores habilitadores
La aplicación de la localización y regionalización abarca distintas áreas del negocio, en donde la cadena de suministro y operaciones es una de las más obvias; tecnología y data es el área con la tasa más alta de aplicación para estos ajustes. Esto subraya una transformación que va más allá de la logística pura y se enfoca en crear estructuras de negocio digitalmente sólidas y geográficamente adecuadas.
En algunos países, el nivel de innovación y calidad de la infraestructura y las condiciones del mercado no se ven como obstáculos, sino como factores habilitadores de sus planes de regionalización. Este optimismo sugiere que los CEO están viendo el potencial de la infraestructura regional, impulsando la confianza en la inversión local.
El factor arancelario y la respuesta estratégica
Las tensiones comerciales, como aranceles y controles de exportación, son identificadas como uno de los desafíos más significativos para alcanzar los objetivos financieros, junto con la disrupción tecnológica y la incertidumbre macroeconómica. Además, las limitaciones de infraestructura y capacidad de innovación son los desafíos más prominentes.
En este contexto, la amenaza de nuevos o mayores aranceles es un riesgo que exige una respuesta de alta prioridad. En este sentido, los directivos coinciden en que el aumento de aranceles se espera que debilite materialmente el desempeño financiero de sus compañías.
Para contrarrestar este riesgo, las estrategias más críticas se polarizan en tres líneas de acción, demostrando la urgencia de la transformación:
- Reconfiguración de cadenas de suministro.
- Eficiencia y automatización.
- Gestión de costos.
La convergencia de estas estrategias indica que la respuesta regional a las tensiones comerciales es estructural (cambiar dónde y cómo se produce) y operacional (mejorar la eficiencia interna y ajustar precios).
La confianza se convierte en inversión
A pesar de la expectativa de que los altos niveles de incertidumbre geopolítica y económica persistirán por un período de entre seis meses y tres años, la confianza del CEO de Latam se traduce en planes de inversión proactivos. La gran mayoría de los encuestados tiene la intención de acelerar o mantener sus niveles actuales de transformación de portafolio en los próximos 12 meses.
Esta transformación no es un fin en sí misma, sino un medio para lograr objetivos estratégicos que permitan mejorar el desempeño financiero, responder a la exposición a riesgos geopolíticos o regulatorios y enfocarse en la creación de valor a largo plazo, en lugar del rendimiento a corto.
Latam: el destino principal de capital
El compromiso con la región se ve reforzado por las intenciones de inversión de capital. Los CEO priorizan sus mercados domésticos como los destinos más importantes para la inversión de capital en los próximos 12 meses.