La Iberica

La Ibérica


La Ibérica, con más de 100 años en el mercado, se destaca por su legado, calidad y solidaridad, enfrentando desafíos con innovación y compromiso.

¿Cuál consideras es la clave para que La Ibérica tenga más de 100 años en el mercado? 

La clave creo que está en el legado del fundador, pues cuando fundó La Ibérica, define que la crea para dar trabajo; un objetivo muy claro de cuidar a su gente. Otro punto importante es la pasión de las generaciones de la familia Vidaurrázaga por la calidad de los productos -la primera generación estuvo 40 años en el negocio y la segunda 60 años-, nunca negociaron sobre la calidad. A esto se suma que toda la familia son personas muy solidarias, y esa vena solidaria que tiene La Ibérica también es parte del éxito de la empresa.  

La clave creo que está en el legado del fundador, pues cuando abre La Ibérica, define que la crea para dar trabajo, donde se va a cuidar a la empresa, pero con la intención de cuidar a su gente

¿Cuáles han sido los principales desafíos para La Ibérica en los últimos cinco años? 

Lo podemos ver desde una perspectiva externa e interna. Definitivamente la pandemia fue para nosotros algo muy complejo ya que la mayoría de nuestras tiendas están dentro de centros comerciales, los cuales fueron cerrados por este periodo. Por ello gran parte de nuestro negocio estuvo cerrado.  

Nuestras ventas se cayeron, nuestra producción lo mismo y teníamos muchísima gente en planilla, pero siempre mantuvimos a nuestros colaboradores, nunca le pasamos la “factura” a nuestro personal. 

A esto se sumó un suceso de insurrección a finales del 2022 e inicios del 2023, como consecuencia de la salida del presidente Castillo. En Lima no se sintió mucho este suceso, pero en Arequipa, Cusco y Puno, que son ciudades clave para nosotros, sí. De hecho, tuvimos el aeropuerto paralizado por casi dos semanas, carreteras bloqueadas, no podíamos enviar productos a Lima. Impacto que se extendió de alguna manera hasta el mes de mayo.  

El mismo 2023 también el fenómeno El Niño generó una anomalía climática, el invierno fue “caliente” y las ventas de la categoría de chocolates se cayeron a nivel nacional. Y sumado a las acciones del BCR para bajar la inflación, que fue la mayor en los últimos 30 años, que repercutió en el consumo.

En el 2024 dijimos: “se acabaron los problemas”, pero no. Hubo una muy mala cosecha de cacao en África. Se cayó el 33% de la cosecha africana, lo que significa el 25% de la cosecha mundial. Así, los precios del cacao se vieron afectados por ser un commodity a nivel mundial y pasaron de US$2,500 por tonelada a US$10,000 dólares por tonelada. El precio se multiplicó por cuatro veces y eso nos golpeó en el costo -por ser un commodity el precio sube allá y en todo el mundo-, siendo el cacao el principal ingrediente del chocolate.  

Hablamos de cinco años consecutivos muy retadores: 2020, 2021 y 2022 (pandemia), 2023 (político, económico y climatológico) y 2024 (precios del cacao). 

¿Y a nivel interno?

 

En términos internos hemos hecho un proceso de transformación. Empezamos en la cadena de suministro -considerando desde que compras la materia prima hasta la entrega del producto terminado a los clientes- haciendo cambios muy drásticos, pero con excelentes resultados, y creo yo que, si no lo hubiéramos hecho, no hubiéramos podido enfrentar tan bien todos los recientes desafíos externos. 

 

Hemos reducido 10 veces nuestro stock de producto terminado, así también se ha hecho un cambio de layout (disposición física de los diferentes elementos dentro de una planta) completo de toda la planta. Hemos comprado nueva maquinaria para automatizar los procesos industriales. Con todo ello hemos reducido 17% nuestro costo unitario de producción. 

 

Adicionalmente hicimos una reorientación de nuestra estrategia de marketing. Partimos con un estudio de mercado que hicimos con terceros. Con los resultados potenciamos cada una de nuestras marcas (La Ibérica, Milky, Fondy), lanzamos una nueva marca pensada para niños (Fábrica de chocolate) y La Ibérica Chocolatier (la marca premium). Todo esto fue un proceso que inició en enero de 2020 y vamos al 80%, pero es algo que no va a terminar nunca. Por ejemplo, el año pasado (2023) lanzamos 21 productos nuevos y este 2024 debemos cerrar con 12 productos nuevos en el mercado, y con muchos productos más en cartera. 

 

Al hacer todo ello debimos desarrollar también todos los canales de venta y las estrategias de trade marketing para cada uno de ellos. Hoy, por ejemplo, cada día vendemos más en el canal tradicional. 

 

A todo ello sumamos el trabajo hecho en el back office implementando un ERP, así como cerrando el año con el ISO 9001, y ya hemos certificado con el Estado dos veces nuestro plan HACCP. 


¿Ustedes importan cacao o es 100% peruano?

Todo el cacao es peruano; nosotros no importamos nada. Básicamente trabajamos con cacao de Cusco, del valle de La Convención, con la variedad chuncho (un tipo de cacao nativo peruano).  

El tema de sostenibilidad, ¿cómo lo están abordando?

Nosotros consideramos que somos sostenibles de verdad, no de papel. A nivel de planta cumplimos con todo lo que la OEFA (Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental) exige; la legislación peruana sobre medio ambiente es bien exigente, pero nosotros estamos alineados con ello.  

Ahora bien, parte de nuestro compromiso sostenible está en el trabajo que hacemos en el Santuario Nacional Megantoni (Cusco) con algunas instituciones como Rainforest Alliance y Sernanp (Servio Nacional de Áreas Protegidas). Lo que se ha hecho, desde hace ya casi cinco años, es entregar a la comunidad plantones de cacao, brindarles asistencia técnica, tratarlos de una manera ecológica, para finalmente comprarles el cacao producido por la propia comunidad a un precio mayor al mercado. Sumado a ello, brindamos asistencia de salud y educación, y la comunidad, como prestación, se convierte en guardaparques del santuario. Un proyecto que ha funcionado muy bien, y seguiremos en ello.

¿Cómo es que se da la expansión de tiendas de La Ibérica?

Antes uno viajaba a Arequipa y le encargaban chocolates La Ibérica, ahora los vemos en todos lados. Hasta finales de los 90, La Ibérica era una empresa arequipeña que básicamente desarrollaba su mercado solo en Arequipa vendiendo en tres sitios: en el Centro, Cayma y en el Aeropuerto. 

Pero hace casi unos 30 años entra a la gestión Claudia Vidaurrázaga (tercera generación de la familia Vidaurrázaga, fundadores de La Ibérica). Ella venía de trabajar en Coca-Cola y le impregnó una dinámica diferente a la empresa.  

Es así como la empresa comienza a tener un desarrollo fuera de Arequipa, y a abrir tiendas en los centros comerciales. Coincidentemente los centros comerciales empiezan a desarrollarse, pues antes solo existían dos grandes centros comerciales en el Perú: Jockey Plaza y Plaza San Miguel. Para fines del 2002 abrió MegaPlaza y desde ahí empezó un fuerte desarrollo. A esto se sumó, casi en paralelo, el desarrollo del canal moderno (ejemplo: supermercados).

Entonces La Ibérica viene teniendo una mayor apertura de puntos de ventas y desarrollo del canal moderno, que conforme se fueron expandiendo, nos subimos a esa ola. Lo que hemos empezado hace cinco años es abrir nuestras tiendas “puerta a calle”, antes no teníamos ni una en Lima. Hoy tenemos siete. 

Cómo es la vida, una semana antes de la pandemia abrimos nuestra primera tienda en Lima, y gracias a esa tienda pudimos implementar nuestro servicio delivery en pandemia. Así también tuvimos que meterle énfasis al trade marketing en el canal moderno, porque en ese tiempo no había otro canal (tradicional y moderno) en donde vender. Hoy podemos decir que somos, en la categoría, la marca líder en el canal moderno. 

¿Tienen operaciones fuera del país? 

Tenemos ocho tiendas propias en Santiago de Chile. En Bolivia hemos estado muy bien hasta el problema de su economía y los dólares, que esperamos se solucione pronto. En Miami (EE. UU.) primero ingresamos a los minimarkets de productos peruanos, luego alcanzamos las cadenas de productos latinos y ahora ya estamos en Sedano’s, que es la cadena de supermercados de productos latinos más grande en Florida. 

¿Cómo manejan la cadena productiva?  

Nosotros trabajamos bajo el concepto de “from bean to bar” (del grano de cacao hasta la elaboración de la barra de chocolate). Hoy nosotros estamos desde el campo hasta la venta al consumidor final en una de nuestras tiendas, hacemos todo al 100%. 

El gestionar toda la cadena de abastecimiento nos garantiza una buena calidad, nosotros gestionamos toda la cadena de valor, y es por ello que podemos pagarle más al agricultor, por eso tenemos estándares de nivel mundial en nuestra planta, con nuestra gente, y eso nos permite seguir el legado del fundador. 

¿Cómo ves al Perú desde tu perspectiva? ¿Qué nos falta?

Me considero una persona optimista, creo que el Perú es un país extraordinario, fantástico, con muchísimo potencial, gente extraordinaria, un país bendecido con los recursos naturales, una estabilidad económica fantástica que muchos países quisieran tener. Creo que tenemos todo para ser un país rico realmente, lamentablemente tenemos hoy un país pobre.  

Nos falta liderazgo, tanto en los líderes políticos como en los empresariales. Les falta un poco de amor por nuestro país, por nuestra gente. Se necesitan líderes más cultos en diversos temas como gestión, temas administrativos, hasta de historia. Y creo también que tenemos una crisis de valores muy grande, cuesta encontrar líderes políticos honestos. 

Justamente sobre ello nosotros apoyamos la iniciativa de la Marina de Guerra del Perú y la Fundación Miguel Grau, que se llama “Somos Grau, seámoslo siempre” que es una cruzada nacional de valores, y nosotros buscamos fomentar los valores. 

Hablando del amor al país, los arequipeños siempre se han caracterizado por un ferviente orgullo por su región, que ya quisiéramos ver en todos los peruanos, ¿a qué consideras que se deba?

Es cierto, tenemos orgullo porque tenemos una ciudad hermosa, tenemos tres volcanes que te brindan un paisaje increíble, tenemos una campiña que no le envidia nada a la campiña Toscana (Italia), nuestro centro histórico es hermoso, entonces cómo no estar orgullosos de nuestra ciudad.  


Datos

Colaboradores directos
Familias son colaboradores indirectos (agricultores la gran mayoría)

La Ibérica

La historia de la familia Vidaurrázaga

Resumen

La Ibérica ha perdurado más de 100 años gracias al legado del fundador, la calidad de sus productos y la solidaridad familiar. Enfrentaron desafíos como la pandemia, inestabilidad política y el aumento de precios del cacao, manteniendo siempre a sus colaboradores. Internamente, transformaron su cadena de suministro y estrategia de marketing, lanzando nuevas marcas y productos. La sostenibilidad es clave, trabajando con comunidades en Cusco. La expansión incluye tiendas en Perú y el extranjero. La Ibérica gestiona toda la cadena productiva, garantizando calidad y apoyando iniciativas de valores. El orgullo arequipeño impulsa su éxito.

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