El 2024 fue, en general, un año positivo. Logramos diversos récords, como superar el histórico de exportaciones -alcanzamos los US$74,664 millones-, se adjudicaron 16 proyectos de Asociación Público-Privada (APP) y Proyectos en Activos (PA) por US$8,956 millones -el mayor monto conseguido en la última década-, inauguramos el puerto más grande de Sudamérica -el megapuerto de Chancay-, logramos las mayores exportaciones mineras de la historia y también de algunos productos agrícolas; hasta hemos alcanzado el período más largo de inflación continua de un dígito dentro de los países de la región, 28 años desde febrero de 1997, de acuerdo con el Banco Central de Reserva del Perú.
Y aunque siempre se dice que los récords están para romperse, también toca mirar los retos que tenemos en frente. Las perspectivas para este año han iniciado con buen pie, como lo confirma el BCRP al incrementar la proyección de crecimiento de nuestra economía para este 2025. Ahora bien, estamos viendo factores que pueden dificultar la línea de récords positivos que esperamos tener. La rivalidad comercial que se viene dando entre Estados Unidos y diversas economías mantiene con cierta incertidumbre al mundo, más aún si se da entre nuestros dos principales socios comerciales, China y EE. UU. Así también, nos encontramos en un año preelectoral, y por historia sabemos lo que eso representa, sin contar los retos diarios que nos tocan afrontar dentro de nuestras organizaciones.
Pero ¿qué nos toca hacer? Diferentes estrategias pueden funcionar, como aprovechar la digitalización, la inteligencia artificial y demás tecnologías que se adecúen a nuestro sector para optimizar los recursos y resultados. Una práctica importante es la de auditarnos y no solo a nivel económico, sino que sea una práctica frecuente en diferentes áreas de las empresas para así mitigar riesgos y promover oportunidades de mejora. Crear una cultura de trabajo tan fuerte que nuestros colaboradores hagan suyos los objetivos de la empresa y también sus riesgos, es un trabajo que no es fácil, pero es clave y los resultados que puede generar van más allá de cualquier obstáculo. Finalmente, y aunque sé que podríamos incluir muchos más puntos, tomo una frase que comparto de muchos de los LEC (Líderes Empresariales del Cambio): “nunca dejar de creer en el Perú”.