Cultura de riesgos

Una cultura de riesgos sólida es fundamental para un sistema efectivo de gestión de riesgos empresariales. Si bien las herramientas, facilitadores y definiciones metodológicas que típicamente concentran nuestra atención (p.e. mapas de riesgos, matrices, etc.) pueden ser muy útiles para gestionar riesgos, la cultura organizacional es ese combustible que puede, o bien maximizar el beneficio de su uso, o bien alimentar las llamas del desuso en el que estas pueden caer.

Muchas empresas que fracasan en sus iniciativas de gestión de riesgos le dedican altas dosis de tiempo, esfuerzo y dinero a las herramientas duras, y dejan de lado la cultura organizacional. Sin embargo, la experiencia demuestra que una cultura organizacional fértil para la gestión de riesgos puede no solo favorecer la correcta conducción de actividades de mitigación, sino además ayudar a compensar las fragilidades o carencias de los distintos componentes del sistema. 

Curiosamente, desestimar la cultura organizacional es un problema común, y cuando se presenta puede llegar a ser muy nocivo. Los esfuerzos dedicados al desarrollo de herramientas duras producen entregables tangibles casi de inmediato; esto genera en la alta dirección una falsa sensación de seguridad y le hace bajar la guardia, lo cual incrementa su exposición. Los esfuerzos por moldear la cultura organizacional, en cambio, son como ir al gimnasio: no arrojan resultados visibles de inmediato. Sin embargo, cuando comienzan a aparecer los primeros brotes, estos nacen con raíces muy robustas.


Modelar una cultura de riesgos sólida requiere garantizar la confluencia de condiciones favorables para que los miembros de la organización se encuentren en la mejor capacidad posible para prevenir y enfrentar de manera acertada los riesgos a los que de manera inherente están expuestos en el día a día, en el ejercicio de sus funciones.

Cada organización humana es única, y tanto su conducta, como su forma de tomar decisiones, están caracterizadas por su propósito, valores, perfil de riesgos, y moldeadas por el liderazgo que sobre ellas se ejerce. Reforzar los comportamientos deseados requiere una cuidadosa consideración de varios aspectos del modelo organizacional, tales como el estilo de liderazgo, la vinculación con el propósito, la claridad sobre los objetivos, las recompensas, la gestión del desempeño, entre otros.


Qué puede hacer EY

EY es la firma de consultoría líder en gestión de riesgos y ha conformado una práctica especializada en gestión humana. Sobre la base de una sólida experiencia en gestión de riesgos, cultura y talento, EY ha desarrollado un modelo de cultura de riesgos de ágil implementación e impacto extendido, el cual aborda seis dimensiones: 

  • Liderazgo 
  • Estructura organizacional
  • Marco de gestión de riesgos
  • Gestión de competencias y talento
  • Comunicación
  • Gestión del cambio

Una prueba ácida es el punto de inicio para conocer cuán cerca o lejos está la cultura de riesgos de la organización de donde debería estar, de acuerdo con las expectativas de la alta dirección. Además, permite comprender los mecanismos con los que cuenta actualmente la empresa para moldear la cultura, la percepción que sobre ellos tienen los colaboradores, a fin de establecer una hoja de ruta para el fortalecimiento de la cultura de riesgos de cara a la visión futura. 


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Mecanismos
Herramientas de la empresa para moldear los comportamientos de los colaboradores.

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Percepciones
Lo que el personal piensa y siente con relación a dichos mecanismos.


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