Deterioro del Valor de los Créditos

La Norma Internacional de Información Financiera (NIIF) 9, relativa a Instrumentos Financieros, implicó una transformación profunda en los criterios aplicados por las entidades para el reconocimiento y la medición del deterioro de activos financieros.

La Norma Internacional de Información Financiera (NIIF) 9, relativa a Instrumentos Financieros, implicó una transformación profunda en los criterios aplicados por las entidades para el reconocimiento y la medición del deterioro de activos financieros. Este cambio se evidencia especialmente en lo concerniente a cuentas comerciales por cobrar, activos contractuales y otros instrumentos de crédito. El nuevo paradigma, basado en el concepto de “pérdidas crediticias esperadas” (Expected Credit Losses, ECL), sustituyó al modelo precedente de “pérdidas incurridas” contemplado en la NIC 39, el cual requería la existencia de evidencia objetiva del deterioro para proceder con su reconocimiento (International Accounting Standards Board [IASB]).

Este nuevo modelo representa no solo una modificación técnica, sino también conceptual: se pasa de una lógica reactiva a una anticipatoria, en la que se reconoce la pérdida en función de estimaciones fundamentadas sobre el comportamiento futuro del crédito. Este trabajo analiza los fundamentos y la aplicación práctica del modelo de pérdidas esperadas establecido por la NIIF 9, con énfasis en los lineamientos contenidos en su sección 5.5.

Transición del modelo de pérdidas incurridas al de pérdidas esperadas

Previamente a la adopción de la NIIF 9, el marco normativo establecido por la NIC 39 disponía que el deterioro de un activo financiero solo se reconocía cuando existía evidencia objetiva de la pérdida, como por ejemplo una mora prolongada o la insolvencia del deudor. Este enfoque fue objeto de críticas debido a su carácter retrospectivo, que en contextos de crisis económica generaba retrasos significativos en el reconocimiento de pérdidas, afectando así la calidad y oportunidad de la información financiera.

En contraposición, la NIIF 9 introduce un enfoque prospectivo que obliga a las entidades a anticipar pérdidas potenciales mediante un análisis razonado y sustentado de variables históricas, presentes y futuras. Este modelo de pérdidas crediticias esperadas (ECL) tiene como propósito mejorar la gestión del riesgo y la transparencia financiera (IASB).

Estimación de las pérdidas crediticias esperadas (ECL)

El cálculo de la pérdida crediticia esperada consiste en una estimación probabilística de los flujos de efectivo que probablemente no serán recuperados de un activo financiero determinado. Dicha estimación se obtiene mediante la comparación entre los flujos contractuales acordados y los flujos esperados de recuperación, ajustados al valor presente mediante la tasa de interés efectiva original del instrumento.

La fórmula general para determinar la ECL es la siguiente:

ECL = PD × EAD × LGD

Donde:

  • PD (Probabilidad de Incumplimiento): Indica la probabilidad de que ocurra un evento de impago dentro de un horizonte temporal específico.
  • EAD (Exposición en el momento del incumplimiento): Corresponde al saldo pendiente del crédito al momento en que se materializa el default.
  • LGD (Pérdida en caso de incumplimiento): Representa el porcentaje de pérdida económica efectiva después de considerar los flujos recuperados (Ernst & Young).

Esta estimación debe incorporar:

  • Datos históricos relacionados con comportamientos de morosidad.
  • Información financiera actual del deudor.
  • Proyecciones económicas relevantes (inflación, desempleo, crecimiento del PIB, etc.).
  • El valor temporal del dinero, mediante técnicas de descuento.

Evaluación del aumento significativo en el riesgo crediticio

La NIIF 9 establece un enfoque por etapas para la medición de las ECL, que distingue entre:

Etapa

Condición

Medición de ECL

Etapa 1

No se ha identificado un incremento significativo en el riesgo crediticio

Pérdidas esperadas a 12 meses

Etapa 2

Se ha producido un incremento significativo del riesgo

Pérdidas esperadas a lo largo de la vida del activo

La evaluación del incremento del riesgo se realiza comparando la probabilidad de incumplimiento actual con aquella existente en el momento inicial del reconocimiento. Los indicadores de aumento de riesgo incluyen:

  • Atrasos en los pagos.
  • Empeoramiento de la calificación crediticia.
  • Deterioro de la situación financiera del cliente.
  • Factores macroeconómicos adversos.

Aplicación del enfoque simplificado

Para ciertos activos, como cuentas comerciales por cobrar y activos contractuales según NIIF 15, se permite aplicar un enfoque simplificado que exime a las entidades de la evaluación de incremento significativo del riesgo. En su lugar, se exige medir las pérdidas esperadas a lo largo de la vida contractual del activo.

Los pasos clave para implementar este enfoque son:

  1. Determinación del volumen de ventas a crédito y los montos incobrables.
  2. Análisis del historial de pagos por parte de los clientes.
  3. Cálculo de la tasa histórica de incobrabilidad.
  4. Ajuste de la tasa con base en proyecciones económicas.
  5. Cálculo final de la ECL ajustado, aplicado al saldo de cuentas por cobrar.

Este método debe basarse en datos estadísticamente imparciales, incorporar el valor temporal del dinero y utilizar información razonable y verificable.

Reconocimiento contable y presentación

  • Gasto por deterioro: Se registra como pérdida en el estado de resultados del periodo correspondiente.
  • Provisión correctiva: Se presenta como una cuenta deducida del activo financiero en el balance.
  • Reversiones: En caso de mejora en la calidad crediticia, puede revertirse parte o la totalidad del deterioro previamente reconocido, siempre dentro de límites razonables.

Conclusión

La implementación de la NIIF 9 ha representado un cambio estructural en la gestión contable del riesgo crediticio, estableciendo un modelo que prioriza la anticipación y la prudencia en el reconocimiento de pérdidas. Este enfoque contribuye a una representación más fiel y oportuna de la situación financiera de las entidades, así como a una mejor toma de decisiones estratégicas.

Si bien la aplicación del modelo de pérdidas esperadas puede resultar compleja en términos de requerimientos técnicos y de información, sus beneficios en términos de calidad y transparencia contable resultan evidentes.

Referencias

  • Ernst & Young. Implications of IFRS 9: Financial Instruments. EY Global Publications.
  • International Accounting Standards Board. International Financial Reporting Standard 9: Financial Instruments (IFRS 9). IFRS Foundation. 

 



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