Transición del modelo de pérdidas incurridas al de pérdidas esperadas
Previamente a la adopción de la NIIF 9, el marco normativo establecido por la NIC 39 disponía que el deterioro de un activo financiero solo se reconocía cuando existía evidencia objetiva de la pérdida, como por ejemplo una mora prolongada o la insolvencia del deudor. Este enfoque fue objeto de críticas debido a su carácter retrospectivo, que en contextos de crisis económica generaba retrasos significativos en el reconocimiento de pérdidas, afectando así la calidad y oportunidad de la información financiera.
En contraposición, la NIIF 9 introduce un enfoque prospectivo que obliga a las entidades a anticipar pérdidas potenciales mediante un análisis razonado y sustentado de variables históricas, presentes y futuras. Este modelo de pérdidas crediticias esperadas (ECL) tiene como propósito mejorar la gestión del riesgo y la transparencia financiera (IASB).
Estimación de las pérdidas crediticias esperadas (ECL)
El cálculo de la pérdida crediticia esperada consiste en una estimación probabilística de los flujos de efectivo que probablemente no serán recuperados de un activo financiero determinado. Dicha estimación se obtiene mediante la comparación entre los flujos contractuales acordados y los flujos esperados de recuperación, ajustados al valor presente mediante la tasa de interés efectiva original del instrumento.
La fórmula general para determinar la ECL es la siguiente:
ECL = PD × EAD × LGD
Donde:
- PD (Probabilidad de Incumplimiento): Indica la probabilidad de que ocurra un evento de impago dentro de un horizonte temporal específico.
- EAD (Exposición en el momento del incumplimiento): Corresponde al saldo pendiente del crédito al momento en que se materializa el default.
- LGD (Pérdida en caso de incumplimiento): Representa el porcentaje de pérdida económica efectiva después de considerar los flujos recuperados (Ernst & Young).
Esta estimación debe incorporar:
- Datos históricos relacionados con comportamientos de morosidad.
- Información financiera actual del deudor.
- Proyecciones económicas relevantes (inflación, desempleo, crecimiento del PIB, etc.).
- El valor temporal del dinero, mediante técnicas de descuento.
Evaluación del aumento significativo en el riesgo crediticio
La NIIF 9 establece un enfoque por etapas para la medición de las ECL, que distingue entre: