La NIC 2 establece que los inventarios deben valuarse al menor entre el costo y el valor neto realizable (VNR). El VNR es el precio estimado de venta menos los costos de terminación y los necesarios para concretar la venta. Esto exige realizar estimaciones que, en países como Paraguay, están fuertemente influenciadas por condiciones económicas locales y externas.

Factores económicos locales que debieran ser considerados desde el rol del auditor:

• Variabilidad en los precios internacionales de commodities (como la soja y la carne): Paraguay es un país altamente dependiente de la exportación de productos agrícolas como la soja, el maíz y la carne bovina. Estos productos están sujetos a los vaivenes del mercado internacional. Si los precios internacionales caen, el valor neto realizable de los inventarios disminuye, y la empresa debe ajustar sus inventarios a la baja. Podríamos tomar como ejemplo una cooperativa agrícola que guarda granos esperando mejores precios, la cual debe reevaluar su inventario si los precios internacionales bajan repentinamente, afectando su rentabilidad.
• Costos de transporte y logística local: Los costos logísticos en Paraguay, por su geografía mediterránea y la dependencia de puertos fluviales y terrestres, pueden ser altos e inestables. Aumentos en el precio del combustible, peajes o fletes afectan directamente los costos de venta estimados, reduciendo el VNR de los inventarios. Tomemos como ejemplo una empresa que exporta carne desde el Chaco, la cual puede ver reducido su VNR si los costos de traslado al puerto en Asunción o a frontera aumentan sustancialmente.
• Políticas arancelarias o restricciones a la exportación: Cualquier cambio en las políticas comerciales, como nuevos aranceles, retenciones, o restricciones sanitarias internacionales, puede limitar el acceso a mercados clave, disminuir los precios de venta o encarecer los costos de exportación. Supongamos que si Brasil, como principal socio comercial, impone barreras sanitarias a la carne paraguaya, el precio local podría caer por exceso de oferta, disminuyendo el VNR.
• Inflación: La inflación impacta directamente en los costos de reposición y costos de venta, lo que puede distorsionar el cálculo del VNR si las estimaciones no se actualizan con suficiente frecuencia. En escenarios incluso de estable inflación interanual, el costo contable puede quedar por debajo del VNR si no se ajusta, generando una sobrestimación de inventarios o, por el contrario, un reconocimiento tardío de pérdidas. Podemos poner como ejemplo a una empresa comercial que importa electrodomésticos puede enfrentar alzas de costos por inflación que reducen su margen esperado y, por ende, su VNR.
• Depreciación del Guaraní: Cuando el guaraní se deprecia frente al dólar (moneda de referencia para muchos productos importados/exportados), se encarecen los costos de importación y se modifican las estimaciones de precios de venta y costos relacionados. Esto puede hacer que los productos comprados en dólares tengan un VNR más alto si se venden en moneda extranjera, o más bajo si el mercado local no absorbe el aumento de precios. Podemos tomar como ejemplo un distribuidor que importa productos electrónicos desde Asia, el cual podría ver afectado el VNR si el guaraní se deprecia y el consumidor local no está dispuesto a pagar el nuevo precio, obligando a la empresa a ajustar su inventario al valor neto realizable más bajo.

Esta norma requiere que una entidad evalúe, en cada fecha de cierre, si existe algún indicio de que un activo puede estar deteriorado. Si lo hay, debe calcularse su valor recuperable, que es el mayor entre el valor razonable menos costos de venta y el valor en uso. El valor en uso, a su vez, se determina mediante la estimación de flujos de efectivo futuros descontados. Esto convierte a la NIC 36 en una norma fuertemente influenciada por factores macroeconómicos.

Factores económicos locales que debieran ser considerados desde el rol del auditor:

• Caída del consumo interno: En Paraguay, cuando hay una disminución en el poder adquisitivo de los consumidores ya sea producto de la inflación, pérdida de empleo o incertidumbre económica, las empresas pueden enfrentar reducciones en sus ingresos proyectados. Esto impacta directamente en el cálculo del valor en uso del activo, ya que los flujos de efectivo futuros se ven comprometidos. Pongamos como ejemplo a empresa que fabrica calzados nacionales, la cual podría tener que reconocer un deterioro si sus ventas disminuyen sostenidamente debido a una baja en el consumo de productos nacionales frente a alternativas más baratas importadas.
• Restricciones a la exportación o competencia internacional: El mercado paraguayo depende significativamente del comercio exterior. Cualquier barrera arancelaria, restricción sanitaria o baja en la demanda de los países compradores afecta los ingresos esperados de las empresas exportadoras. Si por ejemplo Argentina o Brasil imponen restricciones temporales a las importaciones de alimentos o textiles paraguayos, el valor en uso de las plantas de producción puede caer por la pérdida de mercados, llevando a reconocer deterioro.
• Tasas de interés bancario: Las tasas de interés locales influyen directamente en la tasa de descuento utilizada para calcular el valor presente de los flujos de efectivo esperados. En Paraguay, si las tasas suben debido a políticas monetarias del BCP (por ejemplo, para contener la inflación), esto reduce el valor en uso de los activos al aplicar una tasa de descuento más alta. Supongamos una empresa hotelera que proyecta ingresos estables, la misma podría ver reducido su valor en uso si la tasa de descuento aumenta del 8% al 12% (por mencionar como referencia), generando un deterioro en el valor contable de sus instalaciones.
• Inflación: La inflación afecta tanto los costos operativos futuros como los precios de venta. Si bien algunos ingresos pueden indexarse a la inflación, no todos los sectores pueden trasladar el aumento de precios al consumidor. Si se espera que los márgenes de ganancia disminuyan, los flujos de efectivo proyectados también lo harán, afectando el valor en uso. Además, en entornos inflacionarios, es más difícil realizar estimaciones precisas de largo plazo, aumentando el riesgo de errores o ajustes en las proyecciones. Tomemos como ejemplo a una industria nacional que depende de insumos importados, puede ver sus costos subir más rápido que sus precios de venta, reduciendo los márgenes proyectados y el valor recuperable de su planta.
• Depreciación del guaraní: La depreciación de la moneda local frente al dólar o monedas extranjeras impacta especialmente a empresas que:
  • Tienen ingresos en guaraníes pero deudas o costos en dólares, o
  • Venden en el mercado local productos importados o que dependen de insumos importados.

Este descalce puede reducir la rentabilidad futura esperada y afectar negativamente los flujos proyectados, obligando a reconocer deterioros, por ejemplo, una empresa manufacturera con maquinaria importada y deudas en dólares la cual verá aumentar sus costos financieros y operativos, reduciendo su capacidad de generar flujos positivos y, por tanto, su valor en uso.

Esta norma exige que las entidades reconozcan una provisión cuando exista una obligación presente como resultado de eventos pasados, sea legal o implícita, y cuando se espera una salida probable de recursos económicos para liquidar dicha obligación, y el importe pueda ser estimado de manera fiable. La estimación de estas provisiones puede verse significativamente influida por factores económicos y jurídicos locales.

Factores económicos locales que debieran ser considerados desde el rol del auditor:

• Cambios en la normativa laboral o ambiental: En Paraguay, la evolución de las normativas laborales (por ejemplo, en materia de indemnizaciones, jornada laboral o seguridad social) o ambientales (requisitos de tratamiento de residuos, emisiones o uso del suelo) puede aumentar las obligaciones legales o implícitas de una empresa. Si una nueva ley obliga a hacer reparaciones o pagar compensaciones, las entidades deberán estimar provisiones adicionales. Tomemos como ejemplo una empresa agroindustrial que opera cerca de comunidades rurales, podría tener que estimar una provisión por posibles reclamos ambientales derivados del uso de agroquímicos, si hay nuevas normativas o mayor fiscalización estatal.
• Estabilidad jurídica e institucional: La inseguridad jurídica o la lentitud del sistema judicial paraguayo puede generar mayor incertidumbre sobre la duración, el costo y el resultado de litigios, lo que dificulta la estimación precisa de pasivos contingentes. Además, en un contexto con menor previsibilidad, las empresas suelen registrar provisiones más conservadoras, aumentando el pasivo en los estados financieros. Esto lleva a que, por ejemplo, si una entidad enfrenta una demanda por incumplimiento de contrato podría registrar una provisión más alta si percibe que el sistema judicial es impredecible o si no existen precedentes claros.
• Costos laborales y judiciales: Los altos costos asociados a juicios laborales, honorarios legales o indemnizaciones impactan directamente en el monto estimado de las provisiones. En Paraguay, donde existe alta informalidad laboral y litigios por despidos, las empresas pueden enfrentarse a gastos significativos si no cuentan con buena documentación o políticas de cumplimiento. Una entidad podría necesitar estimar una provisión elevada si enfrenta múltiples demandas laborales por horas extra no pagadas, en un entorno de fiscalización creciente.
• Depreciación del guaraní: La depreciación de la moneda afecta aquellas obligaciones futuras denominadas en moneda extranjera (como multas, litigios internacionales, contratos con empresas extranjeras). Si la estimación de la provisión no se ajusta con el tipo de cambio actual, se corre el riesgo de subestimar la obligación. Supongamos una empresa importadora que enfrenta una posible penalización contractual en dólares, si el guaraní se deprecia fuertemente, el monto en guaraníes requerido para cumplir con esa obligación será mayor, aumentando la provisión necesaria.

La NIIF 9 establece que las entidades deben reconocer y medir las pérdidas crediticias esperadas (ECL, por sus siglas en inglés) en sus activos financieros, tales como préstamos, cuentas por cobrar y otros instrumentos de deuda. Esta medición requiere un enfoque prospectivo, considerando información histórica, actual y razonablemente previsible del futuro económico, lo que convierte a esta norma en altamente sensible al entorno macroeconómico.

Factores económicos locales que debieran ser considerados desde el rol del auditor:

• Clima económico del sector agrícola: En Paraguay, una importante parte del crédito otorgado por bancos, financieras y cooperativas se destina a la producción agrícola, especialmente a pequeños y medianos productores de soja, maíz, algodón y ganadería. Las estimaciones de pérdida esperada deben considerar el riesgo asociado a las condiciones climáticas, los precios internacionales de commodities y los rendimientos agrícolas. Por mencionar, en un año de sequía o caída en los precios internacionales de la soja, es probable que los productores enfrenten dificultades para pagar sus deudas, lo que incrementa la probabilidad de pérdida esperada y exige a las entidades ajustar sus previsiones.
• Niveles de morosidad general: Los índices de morosidad reflejan la capacidad de pago de los prestatarios y son indicadores clave en la estimación de las pérdidas crediticias esperadas. Un aumento sostenido de la morosidad, especialmente en sectores vulnerables como las PYMES, debe llevar a las entidades a recalibrar sus modelos de riesgo. Por ejemplo, si los informes del Banco Central del Paraguay muestran un aumento en la morosidad del sistema financiero del 3% al 6% (mencionado como referencia), los bancos deben considerar este deterioro en sus cálculos, lo cual afectará negativamente sus resultados contables debido al mayor volumen de provisiones requeridas.
• Política monetaria del BCP y tasas de interés: Las decisiones del Banco Central del Paraguay (BCP) sobre tasas de política monetaria impactan directamente en el costo del crédito. Un aumento de tasas puede reducir el acceso al financiamiento y dificultar el pago de deudas, especialmente en sectores altamente apalancados. Además, las tasas de interés se utilizan en los modelos de descuento para valorar los flujos de efectivo esperados, lo que afecta el cálculo de la pérdida esperada. Si el BCP sube las tasas de interés para contener la inflación, los prestatarios con créditos a tasa variable podrían ver encarecidos sus pagos, aumentando la probabilidad de incumplimiento. Esto incrementa la estimación de las pérdidas crediticias esperadas por la entidad financiera.
• Depreciación del guaraní: La depreciación del guaraní frente al dólar tiene un doble efecto en la estimación de pérdidas crediticias:
  • Para deudores con obligaciones en dólares, el servicio de la deuda se encarece, lo que aumenta el riesgo de incumplimiento.
  • Para importadores, el aumento del tipo de cambio eleva los costos operativos, presionando sus márgenes y su capacidad de pago.

Supongamos si una empresa que importa fertilizantes y tiene préstamos en dólares, podría ver duplicado el costo de reposición y aumentar su carga financiera en guaraníes, elevando el riesgo de incobrabilidad y forzando a las entidades prestamistas a ajustar sus provisiones bajo NIIF 9.